AÑO 1993

-- Monseñor Antonio Montero, entonces arzobispo de la diócesis de Mérida-Badajoz, tras años de reivindicación estuvo cerca de conseguir que la Virgen de Guadalupe, patrona de Extremadura, dejara de pertenecer a la diócesis de Toledo y pasara a la provincia eclesial extremeña. En 1993 se creó la provincia eclesial Mérida-Badajoz, pero no logró ese traspaso, como tampoco se hizo con otros 30 municipios de la zona también integrados en la diócesis de Toledo.

7 DE SEPTIEMBRE DE 2004

-- El expresidente de la Junta Juan Carlos Rodríguez Ibarra reclama en su discurso del Día de Extremadura que Guadalupe pase a formar parte de la región eclesiástica extremeña. "No es un capricho, ni siquiera una reivindicación, sino una necesidad, por tratarse de un símbolo identitario que nos refuerza y nos une", dijo.

8 DE SEPTIEMBRE DE 2004

-- El arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, le responde un día después en la homilía en honor a la patrona extremeña en el monasterio de Guadalupe, donde asegura que la Virgen "no es de nadie en particular", sino que "es símbolo de universalidad que trasciende más allá de cualquier interferencia ajena o extraña a la Iglesia".

18 DE FEBRERO DEL 2010

-- El Parlamento extremeño aprueba una declaración institucional apoyando esta reivindicación.