Casi dos décadas separan las llegadas de Daniel Fernández-Bergés y de Sergio Nijensohn. Son cardiólogos y argentinos y el segundo es sustituto del primero, dedicado a la investigación (es impulsor del grupo Grimex). Fernández-Bergés fue de los primeros médicos extranjeros en venir a España, en 1990. Primero a Madrid y seis meses después al Hospital Comarcal Don Benito-Villanueva donde fue contratado para reabrir la Unidad de Cuidados Intensivos. Recuerda como anécdota que "entonces nos identificaban como los argentinos" aunque reconoce que la situación ha cambiado porque hay especialistas de todos los países, o que "paradójicamente el mayor problema fue el idioma; no nos entendíamos y teníamos que aclarar los términos".

Nijensohn lleva apenas 10 meses. A pesar de esos 20 años que separan sus llegadas coinciden en describir sus sensaciones. Destacan la buena acogida que han tenido por parte de compañeros y pacientes lo que explican en parte por la estrecha y enraizada relación entre España y Argentina. También son rotundos al afirmar que desde el primer momento han sido tratados con igualdad respecto a sus compañeros. "He tenido desde el primer día las mismas cargas y facilidades horarias que el resto, en ningún momento he tenido más trabajo por ser extranjero o llegar el último" insiste el doctor Nijensohn.