El anuncio de la moratoria para pagar la hipoteca a desempleados y autónomos les llegó a Luis Miguel Leo y Raquel Cid a las puertas de una de las oficinas del Inem (Servicio Público de Empleo Estatal) en Cáceres. Allí había acudido el joven matrimonio a solicitar la prestación por desempleo de Luis Miguel, que acaba de sumarse a la listas del paro como en los últimos meses han venido haciendo muchos de sus compañeros del sector de la construcción. "Hasta ahora no había tenido problemas para encontrar trabajo, pero al final me ha tocado", comenta apesadumbrado.

Ante este panorama, la noticia hecha pública por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, les suena a "respiro". Máxime dadas las dificultades laborales que también atraviesa Raquel, cuyo contrato en una empresa de limpieza expiró en agosto y ahora trabaja en otra, pero solo tres días a la semana. "La cosa está muy, muy complicada", reconoce. Aunque aún no han tenido problemas para hacer frente a su hipoteca --"la cuota no es muy elevada, porque tenemos una VPO (Vivienda de Protección Oficial)", especifican--, valoran positivamente la medida anunciada ayer, si bien matizan que "en realidad, ayudará a corto plazo, pero lo que queremos es un trabajo que nos permita pagar nuestra hipoteca, que no se paga en un par de años, sino en 20".

Más crítica aún es la percepción sobre la propuesta del Ejecutivo central de Guadalupe García y Víctor Rodríguez. A sus 25 años y en paro, esta pareja de amigos no podrá beneficiarse de la moratoria de la hipoteca porque ni de lejos se plantean poder comprarse una casa. "Pero ni nosotros ni la gente de nuestro círculo; de hecho, es muy difícil encontrar alguien con nuestra edad que haya podido acceder a su propia vivienda", explican también a las puertas de la oficina del INEM en Cáceres, donde han acudido también a pedir la prestación por desempleo tras haber perdido sus trabajos (el de socorrista él y el de cajera en un supermercado ella) en los últimos meses.

En cambio Toñi Muñoz sí espera poder beneficiarse de la moratoria, "al menos para pagar el recibo de la luz", que recibe con esperanza y reticencias a partes iguales. "Si se hace efectiva estará bien, porque es una ayuda, pero luego para estas cosas piden un montón de papeles y requisitos", se queja. No obstante, planea informarse de cuál es el procedimiento para solicitar la rebaja de la cuota hipotecaria, a la que cada vez --como a muchas familias extremeñas y de todo el país-- le resulta más difícil hacer frente.

No en vano, la crisis de la construcción se dejó pronto notar en su casa dejando en paro a su hijo mayor y a su marido, este último desde finales del año pasado "y sigue buscando en lo mismo, porque dónde va a ir ya con 50 años", apunta Toñi, que tiene otros dos hijos, uno trabajando en un restaurante y el otro, de 15 años, aún estudiando. Esta familia, como muchas, respirará un poco más tranquila si su hipoteca les da una pequeña tregua, "aunque solo sea hasta que mi marido encuentre trabajo", asegura Toñi esperanzada.