La reunión convocada ayer por el presidente de la Asamblea de Extremadura, Federico Suárez, con los presidentes de los tres grupos parlamentarios --Francisco Fuentes (PSOE), Carlos Floriano (PP) y Teresa Rejas (IU-Siex)-- finalizó sin que se alcanzase un acuerdo para atajar la crisis política que vive el Parlamento extremeño. De esta forma, la Cámara no logró superar la situación generada tras la polémica suspensión de la última sesión plenaria, que se produjo después de que Suárez expulsase a dos diputados del PP --Alberto Casero y Teresa Angulo-- que se negaron a abandonar el hemiciclo regional.

Y es que la cumbre terminó después de una hora y media sin que el presidente de la Cámara lograse que se consensuase un documento en el que él asumía la responsabilidad de lo ocurrido mientras que, a cambio, los populares acataban la expulsión de sus dos diputados. Este texto no convenció al Partido Popular, que considera "poco serio" que se mantenga la sanción si el texto reconoce que la culpa fue del presidente de la Asamblea, y sí a IU-Siex, que matizó uno de los puntos del documento.

Aun así, los tres grupos se comprometieron a intentar rebajar el tono de los debates parlamentarios evitando expresiones "gruesas", aunque los populares aún no han decidido si acudirán a la continuación del Pleno, lo que dependerá de la sanción que reciban sus diputados.

LA PROPUESTA Federico Suárez explicó que en el texto que presentó hacía "una autocrítica", puesto que en su primer punto se culpaba por lo ocurrido en el último Pleno, algo que achacó a su "flexibilidad" en la interpretación del reglamento de la Asamblea. Así, indicó que en algunas ocasiones ha permitido que los diputados usen "frases gruesas" que a veces "rozan el insulto". El segundo punto proponía la retirada del Diario de Sesiones de determinadas expresiones que profirieron en el Pleno los diputados y el presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Por último, el documento suponía el acatamiento de la sanción puesta a Angulo y Casero.

Aunque no logró que los grupos suscribiesen ese acuerdo, se mostró razonablemente satisfecho porque "de estas reuniones siempre se sacan conclusiones positivas". La primera, que los tres partidos coinciden en que lo ocurrido en el último Pleno "no puede volver a suceder". La segunda, que debe cambiar su actitud durante los debates, con una aplicación más rigurosa del reglamento que evite que "se llegue a rozar el insulto". A esto se suma que la Asamblea sigue funcionando con normalidad, dijo.

Por lo que se refiere a la situación de Teresa Angulo y Alberto Casero, el presidente de la Asamblea recordó que ambos están suspendidos de su condición de diputados, sanción que puede prolongarse un mes y cuya duración se conocerá antes de la continuación del Pleno suspendido, en el que, en cualquier caso, no podrán entrar. En este sentido, recordó al PP que "no se puede chantajear" al máximo responsable del Parlamento. Asimismo, afirmó que si comete algún error hay posibilidad de recurrirlo, pero nunca utilizarlo para "producir altercados graves".