Treinta años después de que los españoles eligieran a las Cortes que elaborarían la Constitución, el Rey no dudó en situar en el centro de su discurso la necesidad de ignorar aquí y ahora divisiones y desencuentros, para buscar "con tenacidad un diálogo sincero ante las grandes cuestiones que afectan al Estado". Una unidad que "deberá resultar eficaz para derrotar la abominable lacra del terrorismo".

En el hemiciclo del Congreso, ante diputados y senadores que fueron elegidos en junio de 1977, el Gobierno en pleno, miembros del actual Parlamento y representantes de las más altas instituciones del Estado, el rey Juan Carlos agradeció a aquella generación de hombres elegidos en las primeras urnas democráticas su esfuerzo por marcar un camino y una manera de hacer política: mediante el consenso.

Ese modelo, recordó, basado en la armonización de los puntos de vista y en una convivencia integradora, que es "un indudable referente a mantener".

El protagonismo del pueblo español, las instituciones y los partidos en la conquista de la democracia fue destacado por Juan Carlos en varias ocasiones. Su insistencia demostró la voluntad que le anima de reconocer personalmente a los auténticos artífices de la transición. Ya que correspondía a los ciudadanos españoles, "y solo a ellos," asumir las riendas de su propio destino.

SATISFACCION Al volver la vista atrás como Rey, contempló los éxitos logrados por España y por los españoles. "¡Qué cambio tan impresionante! ¡Qué gran país hemos hecho entre todos!", dijo satisfecho. No olvidó su agradecimiento porque todo lo construido ha sido "en torno" a una Monarquía parlamentaria.

Diez días después de que ETA haya anunciado su voluntad de recurrir de nuevo a la muerte y al dolor, el Rey advirtió que 30 años de democracia ya son muchos para dejar claro que la violencia terrorista nunca conseguirá sus objetivos. Su consejo, en coincidencia con el discurso del presidente del Gobierno tras la suspensión de la tregua, fue inequívoco. "Apliquémonos, en particular, a derrotar la abominable lacra del terrorismo", dijo.

La referencia a la unidad de España estuvo presente en el discurso del Rey, como acostumbra. Pero ayer puso el acento en la armonía que permite "nuestro modelo de vertebración territorial".

Como no podía ser de otra manera, el discurso de Juan Carlos en el 30º aniversario de las primeras elecciones democráticas poco tuvo que ver con el pronunciado cuando por vez primera se reunieron en las Cortes los parlamentarios constituyentes.

Entonces, su función como jefe de Estado democrático era un proyecto. Así, convocó a todos a reforzar la democracia iniciada y a practicar la tolerancia sin declinar las convicciones.