Más de 50.000 niños extremeños de entre 10 y 15 años tienen teléfono móvil y acceso a internet. La mayoría, según el Instituto Nacional de Estadística, afirma utilizar estas herramientas para realizar trabajos de clase o como medio de ocio (por ejemplo, descargarse contenidos). Pero uno de cada tres, reconoce que las usa para otros asuntos, sin entrar especificaciones, y hay quienes ven ahí unos grandes riesgos para la integridad física, moral e intelectual del menor.

"La red ofrece las mismas paradojas que nos brinda la sociedad, de modo que podemos encontrarnos con comunidades virtuales solidarias y de apoyo a los más necesitados, así como a los más perversos agresores infantiles", apunta Raúl Cambero, coordinador de Alternativa Joven. Esta organización acaba de publicar una serie de consejos dirigidas a los padres de los estudiantes extremeños ante el inicio de curso. El documento alerta de los riesgos que puede conllevar un uso descontrolado de las nuevas tecnologías por parte de los menores.

Uno de esos peligros es el ciberbullying o e-bullying , que es la aplicación y utilización de internet y la telefonía móvil (correos electrónicos, páginas webs, chats, foros, blogs, plataformas de intercambio de archivos audiovisuales, mensajes-) para realizar y recoger situaciones de acoso contra otros menores dentro del entorno escolar. "Las herramientas tecnológicas disponibles ayudan a la propagación de estos comportamientos, ya que permite el anonimato del agresor, convirtiendo este acoso escolar tecnologizado en algo más dañino que la agresión cara a cara", subraya Raúl Cambero, que también explica que estas nuevas estrategias pueden llegar a invadir los ámbitos de la privacidad y a hacer público el acoso --al difundirse en internet o por mensajes a móviles--, da una menor percepción del daño causado por el ciberagresor --que no entra en contacto directo con la víctima-- y existe un desamparo legal de estos modos de acoso debido a la falta de regulación.

Todo ello puede originar "graves" secuelas psicológicas en la víctima --"problemas de adaptación social y escolar, descenso del rendimiento escolar, baja autoestima y confianza, miedo, angustia, ansiedad y, en casos muy graves, incluso intentos de suicidio"--. Por ello, desde Alternativa Joven recomiendan a los padres: preguntar a sus hijos sobre sus relaciones con los compañeros de clase, informarles sobre las consecuencias negativas del acoso, escuchar sus problemas y preocupaciones, prevenirles de los riesgos de las relaciones virtuales con desconocidos y de divulgar on line o personalmente información personal propia o de toros compañeros e interrogarles sobre si conocen algún caso de acoso.

Otros peligros

Pero el acoso escolar no es el único riesgo que se propaga con rapidez a través de las nuevas tecnologías. "No debemos olvidar que se acaba de producir en España una de las mayores operaciones a nivel nacional contra la pornografía infantil", recuerda por su parte el sociólogo Santiago Cambero. En esta redada la Guardia Civil ha implicado a cuatro extremeños --un detenido y otros tres más puestos en libertad con cargo-- por tenencia y distribución de material pedófilo.

No obstante, no solo el intercambio de archivos e información supone un riesgo para los menores. El uso y atención excesiva al ordenador o al móvil conlleva en sí ciertos peligros, como apuntaba en su trabajo del 2006 la asociación Alternativa Joven: "La conexión permanente al teléfono móvil (o a internet) puede incidir sobre el rendimiento académico, puesto que no acaban de descansar como es debido". Por ello, este colectivo también aconseja a los padres educar a los hijos en un uso correcto de estas herramientas.