Alfredo Pérez Rubalcaba llegó ayer a la ejecutiva del PSOE con la decisión tomada. Tras reconocer que había pasado una noche "dura" debido a la derrota "sin paliativos" del día anterior, cuando los socialistas obtuvieron en las europeas el peor resultado de su historia (23% de votos y 14 escaños), el secretario general anunció que tiraba la toalla. En lugar de unas primarias abiertas en noviembre para elegir al candidato a la Moncloa, habría antes, el 19 y 20 de julio, un congreso extraordinario para nombrar a un nuevo líder.

Hasta aquí, todo claro: Rubalcaba asume que su tiempo ha pasado, se ve incapaz de "recuperar la confianza" ciudadana y deja paso. Muchos socialistas ven tras esta decisión el impulso de la influyente Andalucía, que ve con recelo las elecciones internas, pero también de Madrid y Euskadi. Al mismo tiempo, Eduardo Madina y Carme Chacón, los favoritos para encabezar la lista a las generales en una elección por militantes y simpatizantes, quedan descolocados. No se sabe si habrá primarias de verdad o si serán un mero trámite para que el nuevo secretario general sea designado por aclamación.

LAS DUDAS El fin de la era Rubalcaba ha dejado a buena parte del PSOE sumida en el desconcierto. "¿A qué tipo de congreso vamos? --se preguntó un miembro de la ejecutiva--. ¿A uno de transición, del que salga una dirección efímera que se limite a gestionar las primarias? ¿O a uno en serio, que elija a un líder fuerte? Si es así, necesitamos que los militantes voten. Lo están exigiendo".

En un congreso al uso, las bases no votan, sino que eligen en pequeñas cumbres provinciales a los delegados, que serán los que apoyarán a tal o cual candidato. Es un mecanismo muy controlado por los aparatos de las federaciones, y no hay ninguno más poderoso que el de Andalucía: sigue conservando el gobierno, las europeas se han saldado en esta comunidad con una victoria con 10 puntos de diferencia sobre el PP y allí se encuentra el 25% de los afiliados. Todos los ojos se dirigen a la presidenta de la Junta, Susana Díaz. Ella ya ha dicho que su futuro sigue estando en la autonomía, pero su federación comenzó a resaltar que es el "gran referente nacional" del PSOE. Si se presenta al congreso, algo nada descartable, sería la gran favorita.

LA APERTURA Fuentes de su entorno señalaron que la mandataria habló el domingo con Rubalcaba, y que ayer, cinco minutos antes de la ejecutiva, este le anunció que iba a convocar un congreso. Pero niegan haber presionado. El secretario general lo confirmó. "La decisión es mía, mía y mía", dijo. La impresión más extendida en el partido es distinta. "Rubalcaba se va porque no le iban a dejar quedarse", señala otro integrante de la ejecutiva, que ayer quedó dividida entre los partidarios de hacer antes las primarias y quienes apoyaron el congreso. En esta tesis, entre otros, estuvieron el exlendakari, Patxi López, y el líder del PSOE, Emiliano García-Page.

Antes del encuentro, Chacón ya había expresado su posición. "Solo si primero nos abrimos a la sociedad, la sociedad se abrirá a nosotros", escribió en Twitter. En la ejecutiva, Madina fue igual de claro. "Un congreso es usurpar la decisión que debían tomar los ciudadanos", dijo. Hubo más voces en este sentido. Por ejemplo, Esperança Esteve, del PSC, y la exministra Trinidad Jiménez. Tanto el diputado vasco como la extitular de Defensa sopesan si postularse al congreso o reservarse para las hipotéticas primarias. En principio, lo anunciarán en los próximos días.

Mientras tanto, Rubalcaba sigue hasta mediados de julio. La explicación también hay que buscarla en Andalucía. Fuentes de la cúpula del PSOE explicaron que cuando el aún secretario general le planteó a Díaz la posibilidad de una gestora, esta le contestó que el partido no podía estar dos meses "abierto en canal".