Nació en Barcelona pero lleva año y medio viviendo en Cáceres porque su familia es extremeña. Rubén Margallo, de 30 años, es un asiduo a la empresa de trabajo temporal Adecco desde que llegó a Extremadura, con la que ha trabajado en diversas ocasiones. El teléfono es su arma de trabajo, ya que puede sonar en cualquier momento para trabajar unas horas desempeñando cualquier actividad. De momento, no le ha salida nada con motivo de la campaña de Navidad, aunque no pierde la esperanza. Las pasadas navidades le llamaron dos días para hacer un transporte.

Diplomado en Económicas y especialista en jardinería botánica, Rubén tiene experiencia en varios campos, pero el mayor contrato laboral que ha tenido desde que está en la región ha sido de tres meses y el menor, de unas horas. En este tiempo ha trabajado en cinco sitios distintos.

Cuando pase la crisis económica confía en que las cosas sean más fáciles, pero de momento va sacando lo justito para pagar el alquiler de su piso, "aunque a veces no llego" y cogiendo todo lo que le sale, porque presentarse a unas oposiciones es "complicado", dice. "Me lo he planteado pero ahora todo el mundo quiere opositar, hay mucha gente y no puedo pagarme una academia".