Tras 15 minutos de pánico y una noche en vela achicando agua y granizo en Cáceres, con la primera luz del día tocaba evaluar daños, retirar escombros y, en el caso de los afectados, buscar ayudas. Y eso fue lo que ayer se inició, de forma prioritaria en San Blas, Aguas Vivas y Mejostilla, los barrios en los que con más virulencia descargó la tormenta. Más de 300 efectivos entre personal de obras, de Conyser, trabajadores de Parques y Jardines, Canal de Isabel II, policía local y mantenimiento de carreteras, se ocuparon desde primera hora de cuantificar y reparar daños. En la madrugada, un contingente similar había realizado las primeras actuaciones de emergencia.

"Hace 23 años que no se vivía una situación así, con lluvia, granizo y aparato eléctrico, y en muy poco tiempo", explicó la alcaldesa, Carmen Heras, al ofrecer el primer balance de daños. Un dato positivo: "no hay víctimas", dijo. Las cifras a tener en cuenta, por tanto, son las de daños materiales, numerosos, y el valor económico de éstos.

La tromba dejó en la ciudad más de 700 toneladas de granizo y lodo, 67 árboles arrancados, otros 280 afectados con roturas de rama, y cerca de 600 pájaros muertos, que también comenzaron a retirarse ayer de las aceras. Además está cortada al tráfico la calle Hortelanos, por la caída de un muro de Valhondo.

DESPERFECTOS Los trabajos permitieron recuperar cierta normalidad a lo largo de la jornada en los barrios más afectados, aunque muchos niños no pudieron ir a clase y muchos adultos debieron cambiar sus trabajos por las tareas de limpieza en zonas como San Blas, donde una excavadora y dos camiones se ocuparon desde por la mañana de retirar las montañas de granizo. "No podíamos abrir el garaje. El agua hacía fuerza y hemos tenido que tirar la puerta", decía Luis Rubio, uno de los vecinos afectados del número 8 de Narciso Puig Mejías, una de las calles más afectadas. "Estábamos bloqueados. Menos mal que no ha pasado nada grave. La imagen esta mañana --por ayer-- es dantesca, pero lo importante es que estamos todos vivos", contaba mientras sacaba el agua y el barro que aún había en sótano y trasteros.

También se retiraron en Aguas Vivas y la Zambomba, donde las máquinas trabajaron durante toda la jornada. En Ronda de Vadillo, que amaneció cortada al tráfico por el lodo acumulado, la circulación de vehículos pudo recuperarse por la tarde y en San Francisco también se pudo circular, una vez que quedó debidamente señalizada la zona en la que el agua levantó el asfalto. Además, ayer se intensificó la retirada de ramas y la poda de árboles para evitar otros desprendimientos, así como la retirada de hojas para evitar accidentes por resbalones. Las tareas de limpieza se mantendrán todo el fin de semana.