El consejero de Sanidad, Guillermo Fernández Vara, presentó ayer el Plan de Vigilancia y Prevención de los Efectos de la Ola de Calor Sobre la Salud , que se pondrá en marcha a partir del próximo martes, y cuyo objetivo es tener preparado un dispositivo para actuar si las temperaturas máximas superan los 40º y las mínimas los 23º. Según explicó el consejero, se trata de coordinar acciones para evitar que se repitan situaciones como la del pasado verano, cuando la ola de calor de finales de julio y primera quincena de agosto obligó a afrontar de improviso un incremento de las urgencias y provocó un aumento de los fallecimientos, que se estima en un 10% por encima de lo normal.

Fernández Vara indicó que "no sabemos si se repetirá lo del año pasado, pero tenemos que estar preparados por si ocurre". Por ello, comentó que el plan establece actuaciones informativas, dirigidas tanto a la población general, entre la que se repartirán 100.000 folletos con las precauciones básicas ante la subida de temperaturas, como a los profesionales sanitarios y de Protección Civil, que conocerán con hasta cinco días de antelación la posibilidad de que se produzcan episodios de calor extremo, gracias al Instituto Nacional de Meteorología.

Con esta información, el Servicio de Epidemiología activará el correspondiente nivel de alerta, que va del 0 al 2. Así, en el escalón más bajo, el 0, las actuaciones serán de mera información al ciudadano. Si se pasa al nivel 1, se dará aviso a los servicios de urgencias de los centros de salud y hospitales para que activen todos sus recursos. En el nivel más alto, el 2, el dispositivo de emergencia se extenderá a todos los servicios de la red sanitaria extremeña, para que se doten de los recursos necesarios para afrontar un incremento inmediato de los ingresos.

Del mismo modo, y según la gravedad de la situación se informará a las residencias de ancianos, guarderías, servicios sociales de base, ONG, campamentos y farmacias para que tomen medidas preventivas.

NIÑOS Y ANCIANOS El consejero explicó que el plan va especialmente dirigido a los colectivos mas vulnerables al calor, como son los niños menores de cuatro años y los ancianos, especialmente aquellos que vivan solos. En este último caso, resaltó la importancia de que los servicios sociales tengan localizadas a estas personas para vigilar su evolución durante los episodios de calor y poder prestarles asistencia de manera inmediata "de manera que se intervenga en cuanto se tenga la mínima sospecha de que hay una situación de riesgo".

En cualquier caso, Vara alertó de que estos dos grupos no son los únicos que tienen que tomar precauciones ante el calor.

Así, advirtió de que las altas temperaturas afectan a todos, "bien sea en forma de golpe de calor por un pico, o con el agravamiento de otras enfermedades si la situación extrema se mantiene en el tiempo".

Por ello, el consejo genérico es que se eviten actividades físicas intensas durante las horas centrales del día, que no se realicen exposiciones prolongadas al sol y que se beba abundante líquido aunque no se tenga sed.