Raúl Robles ya era feliz a las diez de la mañana. El sábado pasado había repartido casi cinco millones de euros del primer premio del sorteo ordinario. Ayer, repitió suerte y volvió a agraciar a los clientes de su administración --la número 1 de Santa Pola (Alicante)-- con 200.000 euros.

Es decir, 10 décimos de un cuarto premio, el 18.963. Varias emisoras de radio acudieron a su establecimiento para entrevistarle. Mientras Raúl hablaba y brindaba ante las cámaras, escuchó cómo cantaban los niños de San Ildefonso: "24.635, 96.000 euroooos".

Lo reconoció enseguida. Se trata de un número al que su local está abonado desde 1981. Raúl sabía que lo había vendido casi completo, 185 de las 190 series. Es decir, más de 177 millones de euros (29.450 millones de pesetas) en una sola localidad, el récord del sorteo navideño de este año.

Raúl se guardó participaciones, y su padre, un décimo completo. Sin embargo, el verdadero repartidor de millones resultó ser un comerciante de pescado, Francisco Sempere, que revendió entre 60 y 70 series. Estos décimos han regado de dinero la costa mediterránea desde Altea (Alicante) a la región de Murcia por la costumbre que tiene el gremio de marineros de intercambiar lotería.

La antiga Casa de la Mar, el bar de la cofradía, fue durante toda la mañana un hervidero de abrazos y enhorabuenas. Allí estaba Olga Once, una ecuatoriana con dos años de residencia en España que trabaja como camarera en el bar. Ayer, intentaba hacerse a la idea de qué hacer con 96.000 euros. "Ayudaré a mi familia", concluyó.

LA PESA, OTRO DIA En el puerto, María Teresa esperaba a que llegara el barco de pesca familiar con su marido, Manuel, y sus tres hijos. Ellos pudieron ver el sorteo por televisión en el mar y, al saberse ganadores, decidieron volver a puerto y dejar la pesca para otro día. "Llevamos cuatro meses muy malos de pesca. Con esto podremos capear la crisis", afirmó aliviada María Teresa, que confesó haber visto con envidia saltar a ganadores de otros años. "Ahora la que salto soy yo", concluyó.

Pero donde la renta per cápita subió más ayer fue en Tabarca, el islote habitado por algo más de 30 vecinos, una docena de los cuales compraron lotería de la Casa de la Mar.

La alegría de los vecinos de Santa Pola contrastaba con la tristeza de la última vez que el municipio fue noticia. Sucedió en el verano de 2002, cuando ETA mató a dos personas en un atentado contra el cuartel de la Guardia Civil.

Las migajas del segundo premio fueron a parar a la localidad de Puertollano (Ciudad Real), donde los empleados y los jubilados de la central térmica Enel se repartieron 2,8 millones de euros. Los trabajadores llevan 20 años abonados al mismo número. Por eso, la dueña de la administración que se lo vendió lo definió como "un premio a la paciencia".

En las otras dos localidades agraciadas --Torrejón de Ardoz

(Madrid) y Castellón-- se vendió una serie en cada una. Los afortunados de Castellón --entre todos ganaron 960.000 euros-- estaban abonados al 24.635 desde hace más de 40 años, según explicó la dueña de la administración número 1, Inmaculada García. La lotera explicó que había sentido "una corazonada" al levantarse.