¿Cuál es el secreto de las compañías de bajo coste para no sufrir grandes pérdidas y competir con las grandes aerolíneas --como Iberia o Air France--? Esa es la pregunta que muchos se hacen a la hora de analizar este fenómeno que ha trastocado no solo la actividad de los aeropuertos sino también el mercado del transporte aéreo.

La clave está en reducir al máximo los costes y prescindir de servicios innecesarios, explican desde la revista de consumidores y usuarios Consumer.es . En este sentido, los servicios que ofrecen son parecidos a los de las grandes compañías, aunque sacrificando algunas prestaciones. Trabajan con plantillas muy reducidas, recortan costes de distribución, carecen de grandes oficinas, evitan intermediarios, reducen el tiempo de estancia en tierra, se ahorran la emisión de billetes y no ofrecen comida a bordo del avión. Además, suelen operar a través de internet y ofrecen ofertas de última hora.

Esto, lejos de suponer una merma en la confianza de los clientes, se ha convertido en un atractivo. Según datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, solo en el mes de marzo viajaron en España 1,5 millones de personas en este tipo de líneas, lo que supone un incremento del 25% respecto al mismo mes del 2006.

Además, las líneas aéreas de bajo coste alcanzaron el año pasado una cuota de mercado del 31% de los vuelos internacionales con origen o destino en los aeropuertos españoles.

Iberia baja sus precios

Este auge de los vuelos baratos ha hecho reaccionar a las grandes aerolíneas. Hace un año Iberia decidió cambiar su estrategia y ofrecer sus rutas europeas con las mismas tarifas o incluso más baratas que las compañías de bajo coste. Además, en octubre entró en el subsector de los viajes baratos a través de Clickair, de la que posee el 20% de las acciones.

Pero el cambio en el sector va mucho más allá. También ha dado un giro al tráfico aeroportuario, ya que las compañías de bajo coste tienden a utilizar terminales de ciudades secundarias para ahorrar los costes de utilización de infraestructuras y servicios. Para compensar, buscan núcleos urbanos bien comunicados --por carretera o ferrocarril-- con las grandes capitales.

Así, la mayoría de los aeropuertos españoles cuentan con una amplia oferta de compañías baratas, aunque la mayoría de éstas se concentran en destinos turísticos. No obstante, no han renunciado a los grandes aeropuertos. En este sentido, Barajas (Madrid) y El Prat (Barcelona) siguen focalizando la mayor parte de la oferta, aunque los mayores crecimientos se localizan en destinos secundarios y turísticos como Palma o Girona.

Pero un dato más, mientras Iberia ve como disminuyen sus resultados respecto a ejercicios anteriores, las compañías baratas aumentan sus beneficios.