Raro es el año en el que no se anuncia el fin del sector tabaquero extremeño. Y es que éste cultivo siempre ha estado pendiente de Bruselas, algo lógico si se tiene en cuenta que en torno al 85% de lo que perciben los productores procede de las ayudas europeas.

En las últimas negociaciones europeas, impulsadas siempre por otros países que intentan eliminar estas ayudas, los tabaqueros han tenido que conformarse con obtener una prórroga tras otra, pero ahora pende sobre ellos una fecha que parece definitiva: el 2013.

Ultima reforma europea

Según la Organización Común de Mercado aprobada en abril del 2004 en Luxemburgo entre el 2006 y el 2010 se establece un periodo transitorio durante el cual el 40% de las ayudas serán desacopladas --el agricultor la percibirá independientemente de que cultive o no-- y el 60% permanecerán acopladas --en función de la producción--.

A partir de ahí un 50% de las subvenciones irán a la renta de los agricultores y la mitad restante deberá destinar a programas de desarrollo rural. En el 2013, y si nadie lo remedia, las ayudas europeas al cultivo del tabaco desaparecerán para siempre y con ellas la producción.

Para entender la importancia que tiene este sector en Extremadura basta con conocer algunos datos. En la región hay actualmente más de 3.900 explotaciones agrarias dedicadas a la producción de tabaco que se concentran en las comarcas de Navalmoral de la Mata, Jaraíz, Plasencia y Coria, aunque también hay producciones minoritarias en Hervás, Trujillo y Don Benito.

Estas fincas ocupan 14.000 hectáreas y algunos expertos aseguran que unas 30.000 familias dependen, directa o indirectamente, de este cultivo, lo que no es de extrañar teniendo en cuenta que los agricultores perciben 97 millones de euros anuales en ayudas de la PAC.

Los más afectados

Además, se da la circunstancia de que ante la hipotética desaparición del sector Extremadura sería, con mucha diferencia, la comunidad autónoma más perjudicada. El cupo de producción de tabaco con derecho a ayuda que tiene ayuda está en torno a 41 millones de kilos por campaña, de los que unos 35 millones de kilos se producen en la comunidad autónoma.

Aún peor será para determinadas comarcas --como son las de los valles del Tiétar, Alagón y Jerte-- y municipios extremeños --como Malpartida y Talayuela-- cuya economía depende en gran medida del sector tabaquero regional.

En las últimas semanas la inquietud ha vuelto a un cultivo que ya tembló cuando la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) estuvo a punto de iniciar el proceso de privatización de la empresa pública Cetarsa. Algo que hasta la fecha nunca se ha consumado a pesar de que incluso se incluyeron anuncios en los medios de comunicación que fueron retirados en el mismo día y nunca vieron la luz.

En esta ocasión la amenaza llegó con el anuncio del cierre de las instalaciones de Alliance One, aunque la entrada en escena de Manuel Bermejo salvó los muebles, al menos de momento. Y el tabaco, ahí sigue, desapareciendo cada año y con su crisis a cuestas.