Los 3.000 productores extremeños de tomate para industria perderán este año unos 13 millones de euros (casi 2.200 millones de pesetas) en ayudas procedentes de la Política Agraria Común (PAC) con respecto al 2005 como consecuencia de la aplicación del régimen comunitario de penalizaciones por sobreproducción. Extremadura produce 1.800 de los 2.750 millones de kilos de España, cuando el país solamente tiene un cupo con derecho a ayuda de 1.200 millones de kilos. El rebasamiento de este umbral provocará que en la campaña de este año la ayuda por kilo transformado disminuya un 24%, lo que compromete seriamente la rentabilidad del cultivo más importante en Extremadura junto con el tabaco.

La ayuda al sector descenderá desde los 0,030 euros (unas 5 pesetas) por kilo en el 2005 a probablemente 0,023 en el 2006, lo que multiplicado por la producción del año pasado --1.800 millones de kilos-- supone una reducción de 13 millones de euros. Esto siempre que la cosecha se mantenga estable en el 2006, aunque es probable que hasta baje al ser menos rentable por la reducción de la prima.

FUERTES INVERSIONES Los países productores abordaron ayer en Bruselas el cuadro de penalizaciones para el 2006 y casi con toda probabilidad se cobrarán en España 0,023 euros por kilo. Esta decisión será comunicada hoy por parte del Ministerio de Agricultura a todo el sector y supone un factor de tensión e incertidumbre, habida cuenta de las importantes inversiones realizadas en las vegas del Guadiana. Sólo en los últimos cuatro años se han construido cuatro fábricas transformadoras en la región, con una inversión superior a los 60 millones.

Pero los problemas para el sector no se acaban aquí sino que los ingresos de los productores pueden bajar aún más si se materializan las previsiones de determinadas industrias en el 2006 de bajar de 5 a 4 céntimos de euro por kilo lo que pagan a los agricultores. Sobre una producción de 1.800 millones de kilos, esto supondría una reducción adicional de otros 16 millones de euros para el 2006.

Fuentes del sector han explicado que la propuesta de bajar el precio por kilo está liderada por las industrias no vinculadas a agricultores, que justificarían su decisión en que el mercado de tomate concentrado --una vez elaborado-- está atascado por la sobreproducción de los últimos años. "Sobra mucho tomate concentrado en el mundo. No se puede producir para almacenar, hay que producir para vender. Se ha producido mucho tomate que no se puede vender. La mitad del stock mundial está en España", decía a este periódico el pasado diciembre el gerente de una industria extremeña no vinculada a agricultores.

AYUDA INTEGRA La ayuda inicial por kilo transformado que fija Bruselas es de 0,034 euros para todos los países europeos productores, que son España, Italia, Francia, Grecia y Portugal. Italia va a sufrir una pequeña penalización en 2006 y 2007, pero Grecia, Francia y Portugal van a cobrar la subvención íntegra porque no superan sus respectivos umbrales, lo que supone una ventaja competitiva de sus agricultores con respecto a los extremeños, ya que van a poder amortiguar mejor la presumible bajada de precios que van a aplicar las industrias de todo el mundo.

Este escenario puede provocar que muchos de los 3.000 agricultores que siembran tomate en Extremadura se piensen mucho si hacerlo en el 2006. Se trata de un sector con unos márgenes ya muy ajustados, ya que la ayuda y el precio que pagan las industrias no dejan de bajar mientras que los costes de la explotación --arrendamientos, equipos de riego, gasóleo...-- no dejan de subir. En muchos casos se trata de agricultores inmersos en fuertes inversiones --maquinaria, préstamos, etc.-- que tampoco tienen ante sí en el campo otro cultivo con mejores expectativas.

Los productores han ingresado en el 2005 algo más de 13 pesetas por kilo --entre subvención y precio comercial--. La producción de un kilo tiene un coste de 11 pesetas en Extremadura.