El plan de austeridad del Gobierno reducirá el gasto de la Seguridad Social en unos 500 millones anuales, acelerando la entrada en vigor de dos medidas. El Seguro exigirá 1,2 años más de cotización para pagar una pensión de jubilación contributiva, al eliminar tres años de la transición que tenía que concluir en el 2013, según fuentes del Ministerio de Trabajo. Se pasará de un periodo mínimo de cotización de 5.008 días a 5.475. El ahorro con esta medida rondará los 150 millones.

Además, el Gobierno cierra un poco más la puerta a una vía utilizada por las grandes empresas para rejuvenecer su plantilla y reducir costes laborales. Seat fue una de las compañías pioneras en aplicar la jubilación parcial, por la que un trabajador con 60 años pasaba a ser un jubilado 11 meses y seguía en activo 30 días. Su puesto lo ocupa un joven con contrato de relevo, que cobra menos. Era una buena solución económica para las empresas --con 36.518 jubilaciones parciales en el 2009--, pero no tan buena para la Seguridad Social, que pagaba la pensión sin aplicar reducciones por avanzar el retiro.

Zapatero anunció ayer la supresión del régimen transitorio aprobado en el 2007 para esta figura legal, a la que aún le quedaban 4 años de los 7 previstos. El endurecimiento de las condiciones para beneficiarse de la jubilación parcial se producirá de golpe. Los trabajadores tendrán que tener una edad mínima de 61 años en vez de 60, una antigüedad mínima de seis años en la empresa y haber acumulado 30 años de cotización.

Además de restringir el acceso, se reduce del 85% al 75% el máximo de reducción del tiempo de trabajo anual, o sea que el Seguro pagará menos pensión y las empresas asumirán más salario.