«Todavía estaba sonando la última canción. Le dije a mi amiga que nos fuéramos antes para evitar la aglomeración a la salida y, cuando estábamos en el baño, oímos la explosión. La gente corría asustada por el centro comercial, pero nadie empujaba a nadie», relata Ana Ramírez, una veterinaria de 30 años de Almendralejo que estaba en el concierto. «La imagen que luego vimos no la olvidaré jamás: una chica con el pie totalmente destrozado, sangre por todas partes, gritos, pánico, el sonido de los helicópteros (que llegaron en menos de cinco minutos)... Corrimos atemorizadas sin rumbo hasta que nos paramos con tres adolescentes que estaban histéricas. Nos contaron que una de ellas había visto cómo alguien se inmolaba. Fue horrible», añade aún conmocionada y tras pasar la noche sin poder dormir. «Hoy (por ayer) he venido a trabajar porque hay que seguir y no caer en el miedo».

Otro extremeño en la ciudad británica, Álvaro Asensio, (de Plasencia, 30 años y empleado en rentalcar.com), cuenta que él vive justo enfrente del Manchester Arena, una zona muy ruidosa, por lo que no se enteró hasta que su móvil empezó a sonar -sin parar- a las seis de la mañana: «Me extrañaba que no se oyera la megafonía de la estación, pero no me podía imaginar lo que había pasado, porque siempre existe ese miedo a que haya un atentado, pero no en un concierto de adolescentes».

Irene Masedo (27 años), de Guadiana del Caudillo y manager en un restaurante español, expresa: «Ha sido estremecedor. La ciudad tiene mucho miedo y las calles han amanecido vacías. Yo vivo al lado y desde mi ventaba vi que habían cortado la carretera y pensé que era un accidente. Pero el sonido de las alarmas se multiplicaba por momentos».

Cuatro meses lleva en Manchester David Martínez (28 años), de Aceuchal: «Me he quedado en casa, aunque es mi día libre, porque sinceramente siento miedo. Esto es una ciudad activa y está completamente desierta», expresa este joven que ha ido a aprender inglés y trabaja en una heladería.

«Un paquete sospechoso en un centro comercial del centro ha hecho saltar de nuevo las alarmas. Han evacuado a mucha gente, cerrado establecimientos y prohibido salir de sus trabajos en muchas compañías del centro. La ciudad está alterada y es posible que crezca la islamofobia», asegura Chistopher Moreno, que tiene 27 años, es de Guareña y trabaja en el aeropuerto.

«Hay mucha presencia policial, la zona cercana a mi trabajo está acordonada pero ya por la tarde se ha ido recuperando la normalidad. La verdad es que no te esperas que algo así pueda pasar en la ciudad en la que vives», afirma Daniel García (22 años, de Cáceres), que que llegó a Manchester hace un mes para aprender inglés.