Son los nuevos campeones del mundo. Lo son con toda justicia. España lo quería todo en Japón. Quería el oro, la gloria, el título mundial. Y consiguió todo el pleno. El paquete completo. Hasta el título de mejor jugador del campeonato para Pau Gasol, que acabó como tercer máximo anotador y segundo reboteador, a pesar de su lesión en la semifinal, y además el pasaporte para los Juegos Olímpicos de Pekín del 2008.

España es campeona del mundo de baloncesto, el título más importante de su historia. Un título con mayúsculas. Ese que se le escapa en cada torneo a la selección de fútbol, viaja ahora para España con los gigantes de la canasta y hoy todo el país lo podrá celebrar. "Ha sido un triunfo de corazón y de carácter", argumentó el presidente de la Federación, el pacense José Luis Sáez, que centró las felicitaciones del rey Juan Carlos, del príncipe Felipe y del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en una tarde inolvidable.

La selección nos dejó una página bellísima, una gesta de esas que perduran en el tiempo y que hablarán de cómo un equipo superó todos los obstáculos que encontró en el camino para alcanzar su objetivo. Y la verdad es que hubo muchos. La lesión de su líder, Pau Gasol, en las semifinales. La muerte del padre del seleccionador Pepu Hernández unas horas antes de jugar la final, que el técnico calló para no traspasar su dolor a nadie. Los problemas físicos de Calderón que arrastraba desde hacía unos días. Todo eso lo superaron para acabar coronándose como reyes del mundo. Con toda justicia.

"Es una sensación de felicidad increíble, solo tengo palabras de agradecimiento para todos mis compañeros", proclamó Pau Gasol, que saltó, corrió y no dejó de moverse de un lado a otro del pabellón sin utilizar sus muletas, a pesar de la lesión en el hueso de un pie que le impidió jugar la final y que ha puesto en estado de alerta a los Memphis Grizzlies, su equipo en la NBA.

"Es el día más feliz de mi carrera", admitió el pívot Jorge Garbajosa, con la medalla al cuello y empapado de agua después de que sus compañeros lo regaran con varias botellas. Aunque todos acabaron igual, chorreando de los pies a la cabeza.

EFECTO INESPERADO España alcanzó el oro con una exhibición de poder impensable frente a Grecia. Después de 20 minutos, ya habrían podido grabar el nombre de España como ganador en la Copa James Naismith, que lleva ese nombre en honor al inventor de este deporte. El resto fue una fiesta. En el banquillo y en la grada, con Pau Gasol como espectador de primera fila, y su padre, Agustí, recogiendo en vídeo todo lo que sucedía. Tenía un doble motivo para estar orgullo. Sus dos hijos, Pau y Marc, son campeones del mundo. Casi nada.

"Cuando pasen las horas nos daremos realmente cuenta de lo que hemos hecho, de la forma en la que hemos ganado", explicó Juan Carlos Navarro, que corrió a la grada, para abrazarse con su mujer, Vanesa, en cuanto Viene de la página anterior[subtitulo2.150]

El equipo superó la ausencia de Pau Gasol por lesión con una lección de carácter y corazón

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