El Senado acogió celebró ayer una cumbre paralela a la Conferencia de Presidentes, la reunión de los 600 periodistas acreditados representando a todas las lenguas oficiales y originando en los pasillos de la Cámara Alta un verdadero criadero de rumores. Redactores, cámaras, gráficos, radios que iban engordando la mañana en un Senado, vestido de gala, con obras pictóricas en sus paredes que para sí las quisieran algunos museos, con toda clase de comentarios y quinielas.

Así, se escuchaba que el Gobierno finalmente daría a las comunidades autónomas 750 millones de euros anuales para su financiación; que después se convertían en 1.500, y también comentarios acerca de miembros del PP que decían que Zapatero triplicaba la oferta pero "con trampa".

En fin, rumores que fueron alimentando teletipos y avances durante toda la larga mañana. Hasta que a las dos de la tarde, cuatro horas después de que se iniciase la reunión, llegase una primera noticia oficial, y fue de boca del presidente de la Comunidad de la Rioja, Pedro Sanz, quien representando a las comunidades del PP aprovechó el receso de diez minutos que se hizo en la reunión, para decir a los ávidos periodistas que "veía materialmente imposible el acuerdo".

Transcurridas estas casi cinco horas y tres cuartos, desde que comenzase la conferencia de Presidentes, Zapatero rompió el tedio de la espera, que ya se sabe que la expectación da para tejer mucha tela con hilos invisibles, y sentenció que se había producido "consenso básico" en torno a la financiación de la Sanidad.

Después les fue tocando a los diferentes representantes de las distintas comunidades que fueron explicando su postura y valoración de esta jornada, la segunda que celebra el actual Gobierno. Luego el presidente y los 19 presidentes se trasladaron al Palacio Real, muy próximo a la Cámara Alta, para almorzar con el Rey, aunque horas después de lo previsto en el programa.

Con ello cerraban una jornada, repleta de emociones, que comenzó muy temprano, cuando Zapatero llegó al Senado a las 09.05 horas, tras él, el ministro de Economía, Pedro Solbes. Después fueron entrando los 19 presidentes por la puerta de la plaza de la Marina Española. El primero de ellos, el de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra; y el último, el de Cataluña, Pascual Maragall, a las 09.45 horas.

A las 10.00 horas la foto de familia, todos ellos vestidos con trajes oscuros, aparentemente de estreno, y con una sola mujer entre los presidentes, Esperanza Aguirre, vestida con una camisa verde "esperanza" y con pantalones negros. Saludos, sonrisas y la ausencia de un histórico, Manuel Fraga y la presencia de su sustituto.

Una de las anécdotas fue la de las banderas. Y es que el viernes las acreditaciones y carteles que se repartían con motivo de la conferencia tenían impresas todas las banderas autonómicas, pero no la bandera de España. Una circunstancia que el Gobierno achacó a un error de imprenta.

Otra de las anécdotas que protagonizaron la jornada se centró en una cuestión de tratamiento y protocolo, que se tradujo en que los tres miembros del Gobierno que participaron en la Conferencia de Presidentes, en la documentación del encuentro y en los carteles de la mesa de reunión recibieron el tratamiento de "señor", mientras que los jefes de los Ejecutivos autonómicos eran tratados de "Excelentísimo" o "Molt Honorable".