"Los hemos colocado donde creemos que hay más peligro". Así responde el jefe provincial de Tráfico de Badajoz, Antonio Marín, al informe en el que se basa la Automovilistas Europeos Asociados para afirmar que muchos de los radares fijos de las carreteras españolas se encuentran mal ubicados, al no cubrir aquellos tramos que están señalados como ´puntos negros´.

El responsable de Tráfico de Badajoz asegura que cuando se decidió la ubicación de los radares instalados en esta provincia se atendió a aquellos lugares que en los que habitualmente se han producido más accidentes de tráfico, sin tener en cuenta si cumplen el requisito de haberse producido al menos tres en el transcurso de un año, que es la medida que se toma para declarar un tramo como ´punto negro´.

Sobre las intenciones recaudatorias del Estado a costa de las multas que pagan quienes pisan el acelerador más de la cuenta, Marín responde que Tráfico se mueve por cuestiones que están más cerca de la seguridad que de la recaudación, y que por ello todos los radares están debidamente señalizados. No ocurre igual con los que instala aleatoriamente la Guardia Civil que, igualmente, siempre lo hacen allí donde la DGT estima que es más conveniente por la peligrosidad del tramo.

Sin embargo, en su opinión sería más efectivo a largo plazo cambiar esta política de advertir la presencia de radares por otra en la que se "despiste a los conductores cambiando cada cierto tiempo la ubicación de los radares, sobre todo en dos provincias tan extensas como las extremeñas, que son muy difíciles de controlar. "Lo ideal sería que los pudiéramos colocar temporalmente, con instalaciones móviles", señala el jefe de Tráfico, pero el problema para aplicar esta opción se encuentra en que la reubicación de uno de estos radares requiere una compleja operación.

"Si fuera por mí, yo no los señalizaría ninguno. Pondría 20 ó 40 cabinas e iría cambiando los radares de un sitio a otro, para despistar". De momento, se conformaría con instalar nuevos controles fijos en otros puntos que considera peligrosos, como la carretera de Montijo a Badajoz o en la de Valverde a Mérida.