Trinidad Jiménez lleva 10 años al lado de Zapatero. Fue ella, junto a un puñado de ignotos diputados, quien apostó por el presidente para liderar el PSOE tras la aplastante victoria del PP en el 2000. Y el jefe del Ejecutivo la nombró primero secretaria de Estado para Iberoamérica y, después, ministra de Sanidad. Pero también le encargó que se enfrentara a Tomás Gómez en las primarias de Madrid. Perdió, pero ahora ha sido recompensada. J. RUIZ SIERRA