La comarca cacereña de Sierra de Montánchez y Tamuja se sitúa en el epicentro geográfico extremeño. Sus 17.942 habitantes se reparten entre 21 municipios, en su mayor parte de reducidas dimensiones y que se caracterizan "por una escasa capacidad de regeneración demográfica, un envejecimiento progresivo y un grado de despoblamiento especialmente dramático en las localidades de menos de 500 habitantes".

En el ámbito económico, el estudio subraya que la comarca afronta importantes problemas causados por "las duras condiciones de vida, la tradición de subsidios a la población local, la nula integración de los sectores económicos, los bajos niveles de productividad y competitividad o la débil identidad comarcal". En el lado positivo, se hace hincapié en que esta comarca está asistiendo a un proceso de cambio y transformación socioeconómica que ha posibilitado una mejora de las condiciones de vida. En este sentido, el informe menciona los avances dentro del sector turístico --"cada vez más estructurado", se asegura-- y la creación de nuevos negocios de restauración y agroindustria que han llevado "a una apreciable mejora de la calidad e imagen de muchos productos locales".

En cuanto a la sostenibilidad social, además del paulatino envejecimiento de estos municipios, se constata la falta de población joven cualificada y de oportunidades de empleo femenino, si bien también se aprecia "un progresivo aumento de la autoestima y el reconocimiento de los múltiples recursos, valores y oportunidades que encierra la comarca, que también influye de forma positiva en la imagen que se proyecta hacia el exterior".

En el terreno puramente ambiental, los factores más positivos son las prácticas agroganaderas, "favorecedoras de la avifauna y la biodiversidad en las variedades de cultivo", de las que se dice que son una importante oportunidad de desarrollo. Lo malo, el escaso tratamiento de los residuos que se producen en la comarca.