Un profundo silencio reinaba ayer en las calles de la pedanía pacense de Puerto Hurraco. El mismo silencio, seguro, que estará demandando continuamente el director Carlos Saura en el pequeño pueblo segoviano de Otero de Herreros donde esta semana ha empezado a rodar la película El séptimo día , que refresca la tragedia que azotó a Puerto Hurraco hace ahora trece años.

Los casi 130 habitantes de esta pedanía dependiente de Benquerencia de la Serena prefieren vivir ajenos a todo lo que se cuece en tierras segovianas, y el mutismo, el recelo y el triste recuerdo son las reacciones más comunes de todo aquel vecino al que se le pregunta por la polémica película.

No obstante, de puertas hacia dentro el tema de la película preocupa. De hecho, a raíz de las primeras noticias en las que se informaba sobre el interés de Saura de llevar al cine el crimen de Puerto Hurraco, los vecinos llegaron a reunirse para abordar este asunto y acordaron por unanimidad oponerse al proyecto cinematográfico. Una oposición, de todas formas, que se ha quedado en la propia pedanía y que no se ha hecho llegar formalmente a ninguna instancia.

MUY RECIENTE

Las razones son bien sencillas, como explica a EL PERIODICO la presidenta de la asociación de vecinos de Puerto Hurraco, Mercedes Alcántara: "Nos duele que se haga esta película ya que el tema está aún muy reciente y aquí prácticamente a todos nos tocó sufrirlo, ya que el que no era familiar directo era amigo. Creo que podían haber elegido otro tema".

En este sentido, Alcántara transmite la sensación generalizada del pueblo que teme "que la historia que se cuente en la película no se ajuste a la realidad, ya que muchas de las cosas que han salido en los periódicos no son verdad". A pesar de todo, ésta afirma que sí verá la película. "Para juzgarla habrá que verla", dice.