Si ya estaban en malas condiciones, desde ayer, los trabajadores encerrados en la planta de impresión de Monprint en Plasencia están aún peor. Porque Iberdrola les ha cortado la luz y ahora no tienen calefacción --ha coincidido justo con el día más frío del otoño-- y a duras penas consiguen electricidad para mantener alimentos en la nevera, calentarlos en el microondas o poner una simple cafetera. Por eso también, ayer se abrigaban aún con más mantas y charlaban a la luz de linternas o puntos de luz con pilas.

Sabían que antes o después cortarían la luz porque la empresa debía varias facturas, pero cuando ha llegado el corte, ha sido un mazazo que ha minado aún más sus fuerzas, aunque el presidente del comité de empresa, José Luis Avila, asegura que "perder los ánimos no los vamos a perder nunca, es lo último que nos queda. Nos han quitado tanto que esto no nos lo van a quitar", aseguraba.

Por eso, Avila y otros muchos compañeros conservan el humor, pese a que hoy se cumplen diez días de encierro y todavía ni Monprint ni la Sociedad de Fomento Industrial de Extremadura (Sofiex) les han asegurado que vayan a cobrar sus nóminas de octubre, noviembre, diciembre y la paga extra de este mes, su principal demanda ahora que saben que todos se irán a la calle porque la empresa solo contempla como solución un Expediente de Regulación de Empleo para la totalidad de la plantilla.

El humor es el que ayer les hacía ver el lado positivo a una cena sin luz ni comida caliente: "Vamos a tener una cena romántica con velas y a base de fiambre y latas", contaba ayer el presidente del comité de empresa.

Por la comida, de momento, no se preocupan porque la solidaridad de Cáritas Diocesana de Plasencia ha hecho que desde hace una semana, reciban comida caliente de cátering de la oenegé. Pero la nueva situación de estar sin luz sin les ha generado nuevas preocupaciones: "¿Cómo vamos a conservar ahora la comida que teníamos en la nevera?", se preguntaban ayer algunos trabajadores.

Otros se lamentaban de que "ya no podemos hacernos ni un café ni calentar nada en el microondas". Incluso temían quedar incomunicados del exterior por no poder encender apenas un ordenador o no tener línea de teléfono.

Donación municipal

Pero esto finalmente no ha sucedido gracias a un generador que les ha cedido el ayuntamiento a través de Protección Civil. Según Miguel Manzano, también miembro del comité de empresa, se trata de un generador que "funciona con gasoil, que nos irá suministrando el ayuntamiento en la medida de sus posibilidades".

Pero pese a esto, Avila no confiaba ayer tarde en que con este generador pudieran tener calefacción durante la noche. "Ya veremos porque hay un chico que está mirando a ver si puede conseguir que arranque la calefacción, pero lo mismo cuando lo consiga ya es la hora de levantarnos".

Aún así, le ponen al mal tiempo buena cara: "Entre nosotros comentamos que nos han hecho trabajar tanto y pasar jornadas de doce horas aquí, que nos hemos acostumbrado a pasar el tiempo aquí, aunque sea en estas condiciones", comentaba Avila.

Pero no todos tienen tan buen humor porque, sobre todo, las mujeres que tienen hijos, están sufriendo psicológicamente este encierro que parece no tener fin.

Ayer esperaban noticias esperanzadoras del consejo de administración que se celebró en Mérida pero, a última hora de la tarde, aún no sabían nada: "Tienen tanto en lo que pensar que lo mismo tienen que volver a reunirse manaña --por hoy-- para buscar una solución y que, de una vez, podamos cobrar lo que nos deben".