La Dirección General de Tráfico (DGT) está adoptando en los últimos meses --incluso años-- medidas con el objetivo de que la velocidad no sea el principal riesgo de accidentes de las carreteras españolas. Es decir, para que los conductores se tomen los viajes con mayor calma y conduzcan más despacio y con mayor precaución. Para ello, han extendido la red de radares fijos, han sancionado duramente a los fitipaldis y fernando alonso de turno con la retirada de hasta seis puntos del carnet de conducir y han puesto en marcha varias campañas de control de la velocidad.

Muestra de esa tranquilidad que pretende transmitir la DGT aparece el retraso en la instalación de nuevos radares fijos en la comunidad autónoma. En la provincia de Badajoz, por ejemplo, deberían haberse colocado cuatro a principios de año. Pero han pasado seis meses desde la fecha prevista y, ni hay pistas de ellos ni se les espera a corto plazo. "Esperemos que para antes de que termine el año podamos disponer de ellos", lamenta el jefe provincial de Tráfico de Badajoz, Antonio Marín.

Algo similar ha ocurrido con las cabinas ubicadas este 2007 en la red secundaria de carreteras de Extremadura. Estar, están ahí, pero algunas de ellas --no todas-- todavía no han podido entrar en funcionamiento. Es decir, han servido para que los conductores pisen el freno al pasar por ese punto kilométrico pero aún no pueden sancinar a nadie.

Cambio de normativa

No obstante, la responsabilidad de estas demoras no es directamente de la DGT, como explica Antonio Marín: "Se ha producido un cambio en la normativa vigente y, por ello, estamos encontrando complicaciones para poder realizar el enganche al sistema eléctrico. Ese es el motivo real de los retrasos".

A pesar de todo, Tráfico contempla seguir extendiendo los puntos de la red viaria controlados a través del radar. Actualmente ya existen 317 en toda España, aunque el objetivo es alcanzar los 500 el próximo año. Prácticamente una decena de ellos se instalarán en Extremadura y, en algunos casos, ya tienen incluso la ubicación definida. "Habrá dos cabinas en la A-66, a la altura de Villafranca, una en cada sentido; otro en la N-430 a la altura de Valdivia y una más en la Ex-307. Todos en puntos negros", agrega el jefe provincial de Badajoz. El resto, incluidos los de la provincia de Cáceres, están por decidir o a expensas de ser confirmados.

Estas medidas están dentro del Plan de Instalación de Radares Fijos de la DGT para la lucha contra los accidentes de tráfico. Según sus estadísticas, en el año 2005 se produjeron 91.187 accidentes con víctimas y "la velocidad estuvo presente en al menos uno de cada cuatro accidentes como factor concurrente". Fruto de estos siniestros perdieron la vida más de 1.000 personas.

De momento, el balance que hacen los responsables de Tráfico sobre la efectividad de esta medida en la región es positivo. "Se puede observar que en todos estos puntos donde hemos instalado cabinas para radares los conductores pisan el freno y van más despacio, con lo que se reduce el riesgo de accidente existente esas zonas", aprecia el jefe provincial de Badajoz, Antonio Marín.

De momento, las medidas de la DGT parece que comienzan a calar. Según un estudio desarrollado por el Instituto de Tráfico y Seguridad Vial de la Universidad de Valencia, cuatro de cada diez conductores en Extremadura han modificado su conducta al volante desde la entrada en vigor del permiso por puntos,aunque en torno al 70% desconoce con cuantos puntos se penaliza el exceso de velocidad.