Andrés puede enarbolar el famoso eslogan publicitario bienvenido a la república independiente de mi casa . Porque hace un año este joven pacense, con los 25 ya cumplidos, decidió dejar el hogar familiar y marcharse a vivir de alquiler con su novia. "Di el paso porque mi autonomía me lo estaba pidiendo. Siempre he sido una persona muy independiente y en los últimos años todavía más. En mi casa funcionaba con mis horarios. Llegó el momento en el que ya no podía seguir abusando de mis padres", explica.

Responsable de la Asociación Juvenil Iocus, en Badajoz, reconoce que la decisión no estuvo exenta de trabas y complicaciones: "tienes que tener un trabajo de ciertas garantías para poder acceder a la vivienda. Y luego encontrar una casa que se ajuste al lugar que quieres, al tamaño que necesitas y al precio que puedes pagar es bastante difícil".

De momento se las arregla con su "ajustado" salario como profesor de actividades formativas complementarias, ocupación que combina con los estudios de Comunicación Audiovisual que acaba de comenzar y con las clases de formación de monitores de ocio y tiempo libre. Además reconoce que vivir en pareja también facilita las cosas, porque no solo se comparten los gastos, también los problemas y la necesidad de encontrar soluciones.

"Es una experiencia muy positiva y necesaria. Ganas responsabilidad, autonomía, afrontas los problemas con otra visión... Maduras de verdad", asegura. No obstante, se queja, por ejemplo, de las dificultades para acceder a las ayudas públicas, como los 210 euros para el alquiler: "Es difícil reunir la documentación necesaria para presentar la solicitud. Eso no se obtiene así como así y puedes tardar varias semanas". A ello agrega la demora de la administración en visar el papeleo y dar el visto bueno. "Tardan aproximadamente seis meses en aprobártela y luego tienes que esperar más tiempo hasta que comienzan a pagártela".

En su caso, incluso ha tenido problemas de cobro: "Arrastran una demora de cuatro meses, los que me tenían que pagar con carácter retroactivo, que todavía no me han ingresado". Incluso está convencido de que muchos jóvenes desisten de solicitarla ante tanta burocracia y complicaciones.