Rechazo absoluto. Los sindicatos extremeños no quieren ni oír hablar de la posibilidad de que se introduzcan medidas de contención del gasto público a costa de los derechos conseguidos por los empleados de la administración pública, e incluso dudan de que una medida encaminada a rebajar el poder adquisitivo de un millón de funcionarios de todo el país tenga algún efecto positivo en el objetivo de reactivar el consumo y la economía para salir de la crisis.

El presidente de CSI-F en Extremadura, José Fernández Vidal, cree que una congelación salarial no es la respuesta a la parálisis que está sufriendo el consumo, por lo que, en el momento en el que la medida fuera lleva a la Mesa de la Función Pública se opondrá "totalmente". "Si quieren reducir el gasto de la administración, que empiecen por los asesores, que tienen sueldos más altos incluso que los funcionarios del grupo A". Además, señala que en todo caso esta propuesta se tendrá necesariamente que negociar con los sindicatos, quienes considera que nunca aceptarán una idea que Fernández Vidal califica de "nefasta" y "desechable", entre otras cuestiones, porque el grado de insatisfacción que podría generar en los trabajadores puede derivar en un conflicto con la administración y ello perjudicar negativamente al servicio prestado a los ciudadanos.

El secretario de Política Sindical de FSP-UGT, José Ignacio Luis Cansado, señala por su parte que los empleados públicos vienen tradicionalmente perdiendo poder adquisitivo porque sus actualizaciones son casi siempre por debajo del crecimiento del IPC, por lo que no entiende que sean los funcionarios quienes tengan que "pagar las consecuencias" de las crisis. Además, cree que ello "condenaría a los titulados superiores extremeños" y provocaría una "desactualización de las tablas salariales". En su opinión, la propuesta tiene un mayor "calado propagandístico" que real, puesto que los sindicatos ya no van a tolerar una congelación salarial.

Marisol Salazar, secretaria de la Federación de Empleados Públicos de CC.OO., comentó que "habría que hablar muchas cosas para poder aceptar cualquier medida de este tipo, pero en principio no estamos por la congelación salarial". Criticó también la "ligereza" con la que se está abordando este asunto por el ministerio, teniendo en cuenta la situación actual.