Mientras que los presidentes autonómicos son favorables al acuerdo de Caja Extremadura, Caja Mediterráneo, Cajastur y Caja Cantabria para integrarse dentro de un Sistema Institucional de Protección (SIP), los sindicatos no lo tienen tan claro. Así lo expresaron ayer hasta el punto de que UGT Extremadura rechazó en un comunicado esta fusión, mientras que CCOO mostró su preocupación por que suponga la pérdida de control sobre la caja extremeña. También la Confederación de Sindicatos Independientes de Cajas de Ahorros (CSICA) alertó de la incertidumbre que genera esta medida.

De este modo, el más reticente es UGT, que critica la "falta de información total" por parte de Caja Extremadura sobre este tema y la "incertidumbre y desconfianza" en los trabajadores. "SIP, de entrada, no" es el título bajo el que el sindicato explica que no rechaza las alianzas estratégicas de la entidad regional "siempre y cuando se cumplan una serie de requisitos que entendemos mínimos para la buena marcha de la entidad resultante".

Por su parte, CCOO de Extremadura se centró en la preocupación por la posible pérdida de control de la caja extremeña tras su integración en el SIP --fórmula que considera "una clara amenaza a la naturaleza jurídica de las cajas"--. Por ello, insta a la Junta a velar por garantizar los intereses de la ciudadanía en el nuevo grupo financiero.

Finalmente, el presidente nacional de CSICA, Félix Torquemada, advirtió que "la actitud de muchos gobiernos autonómicos está potenciando fusiones frías que en un futuro pueden costar la estabilidad de las cajas de ahorro". Entre ellas, citó la anunciada el lunes y en la que se incluye Caja Extremadura, de la que dijo que "no tiene que ser mala, pero sí entrañar un peligro futuro".