Las Navidades parecen estarse burlando este año de los socios de Caval. Si el pasado martes, día del sorteo del Gordo, se enteraron de que les faltaban tres millones de euros de patrimonio respecto a los estimados en el plan de viabilidad, el próximo lunes, Día de los Santos Inocentes, tendrán que decidir si apoyan o no el plan de viabilidad que les fue presentado el día 14 y del que ayer tuvieron más datos en una asamblea informativa en la que quedó patente la aguda división existente en el seno de la cooperativa. Tanto es así que el consejo rector, presidido por Juan José Magdaleno, ya anunció su dimisión --que formalizará en la próxima reunión, si los estatutos lo permiten--, si bien confía en que la propuesta de futuro cuente con el respaldo de la mayoría, lo que el sector crítico considera imposible.

Entretanto, ayer se despejaron algunas de las dudas que padecen los socios de Caval, aunque muchas otras --especialmente, la pregunta "¿dónde está todo ese dinero que falta?"-- siguen en el aire. Lo que sí admitió Felipe Quiñones, empleado de una de las empresas que ha llevado a cabo el plan de viabilidad de la cooperativa, es que están estudiando la falta de unos tres millones de euros de patrimonio por "una duda contable". Sin embargo, Quiñones incidió en que esto no supone que la deuda sea mayor de los casi 27 millones en que está estimada (24 si se restan los créditos a favor de la cooperativa), sino que los bienes de la empresa tienen menos valor del que se había fijado inicialmente.

MENOS BIENES, MAS CREDITOS Pero esto significaría que la parte de la deuda a la que Caval puede hacer frente con su patrimonio se reduce de 11 --valor estimado de los bienes ahora-- a 8 millones, aumentando en la misma medida el montante para el que los agricultores deben pedir créditos. Por este y otros motivos similares, gran parte de los socios de Caval ven inviable el plan: "estamos hablando de devolver unos 42 millones de euros, es decir, 7.000 millones de las antiguas pesetas, es imposible", advierte Antonio Rodríguez, uno de los socios.

Además, el plan fija unas ganancias por la fruta (incluye una previsión de precios, pero ayer no se aclaró si se refiere al que percibirían los agricultores o al que se cobraría a las empresas) que muchos de los ayer presentes en la asamblea consideran imposibles. "El problema es que uno no sabe cómo va a venderse la fruta, pero llevamos varios años en los que los precios están muy bajos y no como se plantean en ese proyecto de viabilidad, que no son irreales", apunta Rodríguez.

Sin embargo, tanto el representante de una de las empresas que han elaborado el plan como el abogado de Caval, Jorge Zarza, defendieron su viabilidad y abrieron la posibilidad de que se introduzcan algunas novedades. Entre ellas, destacaría que los socios no tengan que avalar con su patrimonio los créditos, así como que el plazo para devolverlos pueda ser superior al previsto inicialmente (35 años en vez de 25).

Con estas "posibles buenas noticias", el presidente del consejo rector no pierde la esperanza de que el proyecto de viabilidad salga adelante. "No me atrevo a afirmar nada, solo puedo decir que hoy he salido de la reunión con una sensación más positiva", afirmó reconociendo que su postura es favorable a que se apruebe "sobre todo por los socios a los que se les deben dos campañas, que son los que más se están jugando".

La decisión no puede demorarse mucho, ya que el tiempo corre en contra de los cooperativistas al existir la posibilidad de que se inicie el concurso de acreedores. El plazo, si se consigue la prórroga de un mes, finalizaría el 9 de febrero.