Días después de la apoteosis en la sala Apolo, Soleá se planta en el escenario cacereño con frescura y la lozanía musical que le concede el apellido Morente. La hija mediana de Enrique y Aurora, entre Kiki y Estrella, arrastra la virtud de su familia con orgullo, ganas y dulzura. Emula la transgresión de su padre, esa fuerza que arrolló el flamenco y concedió una visión futura para lo nuevo y lo ancestral. ‘Ole lorelei’ (Sony music, 2018) es un canto de libertad.

Con referencias inclasificables y con ecos a Las Grecas, a Jeanette incluso a Camela, se presenta la joven ante el público de Womad que espera su presencia en las tablas. El festival pone broche de oro hoy su vigésimo séptima edición y lo hará de la mano de la artista granadina a las 21.00 horas en la plaza Mayor. Soleá ya mostró su afán de seguir el derrotero de Enrique, su padre, en su primer trabajo con Los Evangelistas y ahora con la irreverencia de Napoleón Solo y de Lorena Álvarez, que hoy la acompañarán en escena dentro de unas horas. Apela a su legado y afirma que «su visión ha influido en su carrera». «Mi padre nos quitó los miedos y los prejuicios y los miedos, la vida son dos días, uno tiene que hacer lo que siente», asegura. Y predica con el ejemplo. Más alternativa, más rumbera, más flamenco y más psicodélica se presenta en el álbum que canta esta noche. Detalla que este trabajo con el que gira ahora aúna «vivencias de la música» que ha escuchado desde pequeña. Su afán por las nuevas texturas y los estilos refrescantes se plasman en la cabecera musical de la granadina. Se muestra defensora de la tradición, pero confía en los cambios. «Yo soy partidaria del respeto a la tradición, pero también de la libertad», apunta. Al igual que en la sociedad, entiende que el flamenco se somete al progreso condicionado por la coyuntura de cada momento. Esta noche, junto a la banda de Alonso Díaz Carmona, promete el sonido de lo último y pinceladas de ‘Tendrá que haber un camino’. «Hay canciones que siempre nos acompañan», concluye y vuelve a agradecer. Siempre agradecida.