El comunicado de ayer no hace que los ciudadanos españoles tengamos que estar hoy menos preocupados que ayer. La única situación de real alborozo y alegría es la que se habría producido con la disolución total de la banda terrorista ETA y el abandono consiguiente de toda acción criminal.

Eso no ha ocurrido. Estamos sólo en un alto en el camino, en una pausa, como acertadamente definió Mariano Rajoy en esta locura de desventuras que iniciaron hace más de 40 años cuatro estudiantes vascos desengañados y desmotivados, creando lo que iba a ser la gran lacra de la vida española. Hay quienes se aventuran a realizar interpretaciones semánticas, interpretaciones del lenguaje utilizado en el comunicado de ayer, para asegurar el carácter y el tono moderado de este comunicado con los anteriores de ETA.

No caigamos en engaños, no pretendamos decirles a los españoles cosas que no son. Ayer ETA volvió a decir, con finas palabras pero en gruesos trazos, lo que siempre ha dicho: el reconocimiento de los derechos del pueblo vasco, es decir, el reconocimiento de Euskalherria, anexionándose Navarra y el País Vasco francés, el derecho de autodeterminación del pueblo vasco. Pero, además, tuvo la osadía de pedir que se diera validez a todas las opciones políticas y que no se actuara en este proceso con represión, es decir, a buen entendedor, que no se aplique el Estado de derecho.

Y desde el PP lo decimos como siempre lo hemos hecho. Muy claro: el Estado de derecho debe seguir realizando su trabajo, que la justicia va a seguir cumpliendo su función, que el juez Grande-Marlaska el día 24 de marzo, el mismo que ETA ha escogido para iniciar esta tregua, tomará declaración a Otegi y acordará lo que proceda.

Tenemos que recordar también que ha habido cuatro treguas de ETA algunas denominadas incluso treguas indefinidas, que acabaron definiéndose con asesinatos y muertes de personas inocentes. Desde el PP, un partido de gobierno, de responsabilidad, le ofrecemos al presidente del Gobierno nuestra colaboración leal para estar al lado del Ejecutivo en el marco del pacto por las Libertades y contra el Terrorismo. Ahí siempre nos ha tenido, pero también digo que es muy triste que en esta legislatura hayamos tenido que esperar a este comunicado de ETA para que Zapatero reconozca la firmeza, la eficacia y la dignidad del PP en la lucha contra el terrorismo.

También queremos decirle al Gobierno que la precaución, la serenidad y la altura de miras no deben hacerle olvidar nunca que los terroristas siguen siendo terroristas, que han matado a casi mil personas en España y que jamás ni las víctimas ni España se merecen que un Gobierno ofrezca ningún precio político por el final del terrorismo etarra o de cualquier tipo de terrorismo. Decía Séneca en los albores de la democracia que toda idea podía tener su defensa política, pero no toda política era justa. Si se paga un precio político en ese proceso de normalización, del que ya hablan algunos, habremos dado una justificación, una utilidad al terrorismo asesino y con ello estaríamos haciendo, como decía el gran filósofo, una política que no sería justa.

Por esa justicia que merece España, y especialmente merecen las miles de víctimas inocentes de este terrorismo atroz, quiero llamar al sentido común y apelar a la reflexión más responsable que este país merece: "Jamás se podrá dar en ningún proceso con los terroristas un precio político, simplemente porque eso no es justicia".