La clave para que una campaña contra cualquier tipo de acoso funcione es la prevención, según los especialistas, pero desde una edad muy temprana. "Algunas comunidades autónomas han puesto en marcha campañas de prevención contra el acoso escolar, pero lo hacen entre alumnos de Secundaria, y para empezar a prevenir de verdad hay que empezar por educar desde la Educación Infantil".

Quien asegura esto es la psicóloga clínica Victoria Tuya, una de las expertas que trabajan con la Asociación Nacional contra el Acoso Escolar.

Toda campaña, insiste Tuya, debe incidir también en "educar a los educadores", ya que existen aspectos del acoso escolar que requieren una atención especial, "el concepto de agresión no se puede entender igual en niños de 7 años que en niños de 12", advierte, y destaca la importancia de que exista una adecuada coordinación entre la comunidad escolar para afrontar el problema, especialmente entre profesores y padres, debido a que la familia juega un papel fundamental en el proceso.

Esta experta en casos de acoso escolar considera importante acabar con el mito de que existe un perfil determinado de víctima. "Le puede pasar a cualquiera. A veces creemos que los que pueden sufrir acoso son niños determinados, pero no es cierto, cualquiera puede ser una víctima y esto es importante tenerlo en cuenta, porque el problema no está en el acosado, sino en los agresores".

Acoso o agresión

Es fundamental, según los especialistas, distinguir entre una situación de acoso y cualquier percance de los que muchas veces se producen entre escolares. Para que se produzca el denominado bullying se deben dar situaciones como que exista una víctima indefensa, atacada por una persona o un grupo, y que la acción agresiva sea repetida, es decir, que suceda durante un periodo de tiempo y de forma recurrente.

Existen diversos tipos de maltrato que se pueden clasificar en físicos, sociales, verbales y psicológicos. El físico conlleva agresiones y los estudios realizados indican que suele producirse con mayor frecuencia en los centros de Primaria que en los de Secundaria. En cuanto al acoso verbal, es el más habitual y se produce a través de insultos con los que se menosprecia a la víctima en público. Los psicológicos son acciones que minan la autoestima del acosado y fomentan su inseguridad y temor y los sociales aislan a la víctima del resto del grupo.

Victoria Tuya insiste en que es importante que la familia esté muy atenta al cambio de comportamientos en el menor. "Si se detecta algo hay que empezar a fijarse e investigar, porque si se está atento y se pregunta lo más lógico es que el niño termine por decir lo que le está ocurriendo".