Si la cuantía de los salarios que se pagan en los países de la UE va a ser decisiva en los próximos años para decidir la ubicación de nuevas industrias, los nuevos socios se llevarán el gato al agua con total seguridad. La cifra no deja lugar a dudas: el coste que para una empresa tiene un trabajador del Este ahora mismo es sólo un tercio del que supone en los países europeos. Es decir, que si un operario cobra 600 euros en la UE actual, en un país aspirante percibe 200 por su trabajo.

¿Puede Extremadura o España competir con salarios tan bajos para atraer inversiones o evitar que empresas desvían sus líneas de producción al Este? La respuesta es no. Y, desgraciadamente, hay precedentes que lo demuestran. Extremadura ha figurado durante un tiempo entre una larga nómina de aspirantes de toda Europa para albergar la nueva factoría de BMW, en la que el gigante alemán de automóviles fabricará su nuevo deportivo. El coste salarial más bajo de la República Checa ha provocado que la firma automovilística se decantara por este país como sede de la nueva industria, además de por su posición geográfica más centrada en Europa.

CIERRE DE CBC INDUSTRIAL

Un segundo ejemplo de la pérdida de competitividad de Extremadura es el cierre de la cooperativa CBC Industrial de Cabeza del Buey, que fabricaba cableado del automóvil para la compañía norteamericana Lear. La sociedad extremeña trabajaba en exclusiva para la planta que Lear tenía en Lérida, pero ésta decidió cerrar el año pasado y trasladar su producción a Polonia, debido al ahorro notable de costes laborales. La consecuencia ha sido la pérdida de actividad para CBC y de empleo para su centenar de trabajadores.

"Si nos centramos en los países candidatos que han captado la mayoría de los flujos de inversión directa proveniente de la UE --Hungría, República Checa y Polonia--, los costes laborales no alcanzan los 4 euros por hora, un 27% de los 14 euros de media para España". Al hablar de costes laborales, en España se incluye el salario, cotizaciones sociales y cualquier remuneración que perciba el trabajador.

Los costes laborales por hora trabajada en España son dispares en función del territorio. Extremadura es la comunidad con el importe más bajo (11,68 euros), mientras que en el País Vasco se pagan hasta 17,19 euros. Estas cifras no tienen nada que ver con los 1,29 euros de Bulgaria o los 3,65 de Hungría. Chipre es el país que más se aproxima a la media comunitaria, pese a que el coste laboral por hora trabajada está en 10,83 euros, según las cifras que maneja la Oficina Estadística de la UE (Eurostat).

POR SECTORES

"Estas diferencias son similares en los tres sectores analizados (industria, construcción y servicios). La industria es la que muestra la mayor diferencia, con unos costes para los países candidatos del 25% con respecto a España, mientras que para la construcción ese porcentaje aumenta hasta el 29%", indica el informe del Ceprede.

Los salarios han sido un factor decisivo en la política de las grandes empresas a la hora de decidir el destino de sus inversiones estratégicas. No es casualidad que el 70% de las inversiones españolas en los países del Este entre 1992 y el 2002 se haya destinado a Hungría, uno de los países con los costes laborales más bajos de toda la región, según Ceprede.