La oferta realizada en la tarde del viernes por el reino de Marruecos para que los barcos gallegos puedan pescar en sus caladeros ha sido acogida con agradecimiento por los marineros, aunque sirve para muy pocos barcos de esta comunidad, apenas un centenar. La mayoría de los afectados por el vertido del Prestige son mariscadores o pescadores de bajura, tareas que se realizan cerca de la costa con embarcaciones pequeñas con las que no pueden desplazarse hasta todos los caladeros marroquís.

Las flotas que sí podían hacerlo, como la de Ribeira, tuvieron que buscar alternativas cuando la UE fue incapaz de renovar los acuerdos pesqueros con Marruecos. Muchos barcos están recolocados en otros caladeros y otros han sido ya desguazados.