Las mujeres, por el simple hecho de ser mujeres, tienen que esforzarse más para conseguir lo mismo en un mundo dominado por hombres. Es cierto que te tratan por igual, que toman en consideración tus ideas, que no te hacen de menos. Pero te sientes observada. Trabajas y sabes que te están mirando porque el largo camino que se abre solo dependerá de tus propios méritos. Es difícil, pero con el tiempo lograremos alcanzar ese techo de cristal que ahora solo ellos dominan. Los hombres siempre eligen a hombres, pero cuando nosotras estemos arriba, valoraremos y no discriminaremos a los demás por el simple hecho de pertenecer al sexo contrario.