Los expertos aseguran que sólo un 3% de la cirugía mayor ambulatoria requiere hospitalización por complicaciones. Se trata, pues, de una práctica eficaz que, indican los especialistas, es segura y tiene una utilidad terapéutica sobre el paciente.

No sólo puede afrontar intervenciones menores, como cataratas, hemorroides, amígdalas, fimosis o ligaduras de trompas, sino que también resuelve patologías más complicadas, como hernias, y permite una recuperación más rápida en intervenciones como la implantación de prótesis de rodilla o de cadera.

Los niños son los candidatos ideales para la cirugía mayor ambulatoria, ya que en general no suelen tener enfermedades sistémicas y las técnicas que hay que realizar son sencillas. Con ello se consigue reducir la separación entre el niño y los padres y se reduce la exposición a los gérmenes hospitalarios.

No obstante, existen factores que es necesario considerar a la hora de indicar o contraindicar la inclusión de una patología en un programa de cirugía ambulatoria. Las visitas quirúrgica y preanestésica son las que aconsejan o no esta práctica.