Tras las intensas lluvias del lunes ayer regresó la tranquilidad a gran parte de la región, aunque en realidad se trató únicamente de un paréntesis. Hoy la región está en alerta porque se esperan lluvias persistentes --podrían superar los 30 litros por metro cuadrado en 12 horas-- y rachas de viento que podrían alcanzar los 70 kilómetros.

El ayuntamiento de Cáceres ha sido el más previsor y ayer activó un dispositivo que mantuvo alerta a los servicios de obras y jardines y a la empresa Conyser. Además, bomberos y policías locales vigilaron de forma especial el puente de San Francisco, la avenida de la Hispanidad y el R-66 por ser las zonas más propensas a sufrir inundaciones.

En cuanto a los efectos causados por las lluvias del lunes, la peor parte se la llevó la autovía regional Ex-A2, que discurre entre Miajadas y Vegas Altas. Uno de sus carriles tuvo que ser cortado al tráfico en la zona de Las Arenas ante el peligro de que se produjese un corrimiento de tierras. El PP regional calificó de "increíble" este problema en una carretera inaugurada hace menos de un año. Además había 4 carreteras secundarias. --en Torremayor, el puerto de los Carneros, en Zurbarán y entre Peraleda y Granja de Torrehermosa--, cortadas.

Por lo que se refiere a los temporeros rumanos desalojados el lunes de un asentamiento en Arroyo de San Serván, anoche volvieron a dormir en el consistorio, donde unas 60 personas --el resto se ha ido-- son atendidas por la Cruz Roja.

Lo que no parece solucionarse es la situación de los juzgados de Mérida. A pesar de que ayer casi no llovió, continuaban cerrados el juzgado número 1 de lo Penal y el número 1 de lo Administrativo Contencioso. Los juicios se celebraron en la Audiencia Provincial.

En Badajoz lo más espectacular fue la fuga de los hidropedales que una empresa tiene amarrados en el río y que el lunes fueron arrastrados por la fuerza de la corriente. Por último, en Montehermoso volvieron a inundarse --como cada vez que llueve en exceso-- varías calles de la localidad.