SOS de los bodegueros extremeños ante la situación que puede quedar el mercado si no de da una salida urgente a los 50 millones de litros de vino que quedan por vender a tres meses del inicio de la campaña de la vendimia. Lo más preocupante para estos empresarios no es tanto el vino que está en las bodegas sin venderse, sino "la situación de desamparo que queda el mercado, al arbitrio de cuatro grandes compradores y que puede ser el hundimiento total del sector", señala Antonio Medina, presidente de la Asociación de Empresas Vinícolas de Extremadura (Asevex), que agrupa a más del 95% de los bodegueros.

Medina insiste en que hace dos meses ya pusieron la situación en conocimiento de la Junta y del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, pero hasta el momento no ha recibido respuesta de ninguna parte; y recalca la "alarmante caída de precios, de hasta 10 pesetas el litro respecto a hace un año". Ante este panorama, coincide con los cooperativistas extremeños del sector, en la necesidad de aplicar la conocida destilación de crisis; es decir, dar salida al vino almacenado para uso industrial, sobre todo para combustible, y facilitar así que se pueda almacenar en las bodegas el que llegue de la inminente vendimia. Además, añade, "hay vino vendido que no se ha retirado y que puede quedar sin retirar", provocando también que los viticultores pierdan dinero acordado al contratar la compra renegociando a la baja su salida.

Silencio administrativo

"Todo esto se veía venir, pero parece que el ministerio no se mueve hasta que no hay tractores en la puerta, cuando reclaman las bodegas, no nos hacen caso", argumenta el presidente de Asevex, que también se queja del silencio del Gobierno regional, porque también conoce el problema, pero "parece que no tengamos Consejería de Agricultura".

Sin embargo, aún se puede salvar la situación. ¿Cómo?, Medina propone coger presupuestos de las próximas campañas para intentar solventar este problema, y vuelve a hablar de destilación de crisis, ya que "en el peor de los casos, si hay esa destilación, por lo menos habría un tope mínimo de precios". Además, urge ayudas a la comercialización del producto, que en Extremadura es "de calidad y competitivo", para tener así "facilidades para llegar al mercado".

No hay que olvidar, recuerda, que el viñedo "es el cultivo más social que tenemos en Extremadura", del que dependen directamente más de 20.000 familias y que cada año crea un millón y medio de jornales.