Todavía no percibe la ayuda de 210 euros al alquiler, ni si quiera la ha solicitado. Lo hará. Pero de momento tiene que conformarse con ser protagonista del Plan de Apoyo a la Emancipación y el Alquiler del Ministerio de la Vivienda por otros motivos bien distintos: ha sido actor y víctima de dos fenómenos que han surgido a raíz de la entrada en vigor de esta medida.

Jorge Marroquín, emeritense de adopción, se enteró ayer de que 500 jóvenes extremeños se benefician ya de la ayuda del Gobierno al alquiler: 210 euros mensuales. Otros mil más la han pedido, pero sus expedientes están en estudio o han sido rechazados, según explicó ayer en la capital autonómica el director general de Vivienda de la Junta de Extremadura, Juan Francisco Moreno. Allí, en Mérida, acompañado por la presidenta del Consejo Regional de la Juventud, Laura Garrido, presentó la campaña Vete a tu casa , una iniciativa con la que se pretende mejorar la información de los jóvenes que, como Jorge, se plantean comprar, arrendar o rehabilitar una vivienda. Todo ello mediante folletos, cedés publicitarios y una página web con todos los contenidos relativos a este tipo de operaciones inmobiliarias y a este grupo de población.

Moreno se mostró satisfecho con los resultados del plan estatal en Extremadura en los dos primeros meses y medio de aplicación. No es el único. También dentro del sector se manifiesta con optimismo. "Esta medida ha incentivado el mercado del alquiler, especialmente el de los pisos baratos", explica Pedro Jaraíz, gerente en Cáceres del portal Inmolandia.com . Bajo su punto de vista, son muchos los jóvenes que, animados por esos 210 euros, han decidido buscarse un hogar propio. "Y eso ha afectado de momento a las viviendas más baratas. Ya es difícil encontrar alquileres bajos como los que había antes", apunta. Y va más allá. Cree que los que quedan se encarecerán: "Es esperable que los propietarios comiencen a subir los precios, ya que los inquilinos recibirán ayudas y podrán pagar más".

Pero mientras Pedro habla en futuro, Jorge es un caso presente. Lleva apenas un mes viviendo en su nuevo piso y ya sabe cómo se las gastan algunos arrendatarios. "Me puse a buscar y me encontré con dos casos en los que el alquiler me costaba 350 euros. Cuando le dije al dueño que quería contrato para pedir la ayuda, me contestó que en ese caso el precio era de 450 euros", relata ya desde su nuevo hogar. Pero su situación no es aislada, según observa, porque tiene "amigos que les ha pasado lo mismo" y señala que ya ha habido una subida de los alquileres: "Los pisos valen unos 100 euros más que antes".