Trabajar de noche y descansar de día. Cada vez son más los extremeños que tienen empleos a turno, una actividad que los médicos consideran que no se debe prolongar en el tiempo por los efectos negativos que tiene sobre la salud. Varias personas han contado a EL PERIODICO cómo es trabajar cuando todos duermen y meterse en la cama cuando el mundo se despierta. Hay opiniones para todos los gustos.

24 horas de televisión

Durante los dos años que trabajó en el Canal 24 horas , de Televisión Española, la vida de la periodista Paloma Díez fue de todo menos ordenada. Díez, actualmente destacada en la delegación de Radio Nacional de España (RNE) en Mérida, recuerda que cada cuatro meses cambiaba de turno. Primero de mañana, luego de tarde y luego de noche.

Este último era el más duro. Trabajaba cuatro días y descansaba los cuatro siguientes --"es difícil ajustarse con semanas de 8 días"-- desde las once de la noche a las ocho de la mañana. "No llevaba una vida normal", reconoce. Y es que su propia experiencia le dice que el horario de noche "es incompatible con la familia, con los amigos o con cualquier actividad extralaboral".

Además, en su caso se suma que durante las horas de trabajo el ritmo era similar al que se llevaba durante el día, "porque había una tensión continua" con informativos continuos. "Teníamos que hacer el mismo trabajo que durante el día, pero la cabeza no funciona igual por la noche", asevera.

En su día a día, tras llegar a casa y desayunar trataba de permanecer despierta "para intentar robar horas al tiempo", aunque en torno a las doce del mediodía el cuerpo se rendía. Dormía unas siete horas y cuando se levantaba --¡a las siete de la tarde!-- en lugar de comer le apetecía volver a desayunar. "Lo que peor se lleva es el sueño, porque no sabes ni cuando te toca dormir, y las comidas, que son un desbarajuste".

Vigilar el fuego de noche

No piensa lo mismo José Luis De Gama. Este pacense tiene 34 años, está casado y es operador de comunicaciones en el parque de Bomberos de Badajoz desde hace nueve años. Conoce muy bien lo que es trabajar de noche y manifiesta que cuando ha tenido turnos de noche no le han afectado a su vida normal, ni sabe de casos entre sus compañeros que les ocurra tal cosa.

"Cuando llegas a casa por la mañana, te acuestas y ya está, y si tuviera ahora turnos seguidos creo que me acostumbraría", asegura, y recuerda que hubo un tiempo en que trabajaba cinco noches seguidas y después descansada otros siete días, "llegaba a casa a las