Ni trabajan, ni cobran paro, ni creen que la cosa mejore. Es el día a día de los más de 38.000 extremeños que perciben subsidio (alguna prestación no contributiva), como la ayuda de los 426 euros que el Gobierno va a condecer seis meses más. Con este dinero hay que llenar la nevera, vestir a los hijos, comprarles libros, liquidar facturas, pagar la hipoteca... El milagro que, según los expertos, necesita la economía española para salir del túnel, lo hacen a diario miles de ciudadanos para sobrevivir, algunos incluso no cumplen los requisitos ni para percibir la última ayuda estatal que les queda a los que terminan de cobrar el paro. En Extremadura hay casi 12.000 demandantes sin cobertura.

Desde principios del 2009 el paro ha crecido en más de 16.000 nuevos desempleados y la cifra de personas que han pasado a cobrar prestación por desempleo en el último mes del años frente a la de meses anteriores es abismal, 547 en diciembre frente a las 12.000 de mayo. En este mes 6.000 personas comenzaron a cobrar subsidio por desempleo frente a las 15.000 que lo hicieron en diciembre, lo que demuestra que las prestaciones contributivas se están agotando, ya que desde septiembre los que perciben subsidio superan los que cobran la prestación normal. A la vista de la magnitud de la crisis, el Gobierno ha prorrogado la ayuda de 426 euros para los parados que hubieran agotado el subsidio. Ahora la medida supone 126 millones de euros más de gasto cada mes a las arcas del Estado. En los hogares las cuentas son otras.