La incidencia que podría tener la aplicación de las nuevas penas que el Código Penal contempla para determinadas infracciones de tráfico es algo que preocupa y que ya está en estudio por parte de las jefaturas de tráfico.

Aunque el que se castigue con mayor firmeza y más duramente estas infracciones, que se califiquen algunas como delitos y se contemplen penas de prisión para determinados hechos es algo que se ha valorado de forma muy positiva tanto por las fuerzas policiales como por los órganos judiciales, son también muchos los que al mismo tiempo opinan que el cumplimiento de las penas podría conllevar problemas. Así, por ejemplo, ya se ha planteado si habrá suficientes cárceles para albergar a todos los conductores que cometan delitos.

Para el fiscal superior de Extremadura, Aurelio Blanco, "es muy importante determinar la incidencia que pueda tener en la región este asunto, que es un tema realmente bastante serio". Por ello estima muy positivos "los estudios que según tengo entendido están ya realizando las jefaturas provinciales de Tráfico sobre la incidencia que pueden tener en la región las nuevas penas en materia de seguridad vial".

Por ello, y aunque reconoció ayer a EL PERIODICO que a nivel judicial, ni por la Fiscalía ni por ningún otro órgano judicial de la región, se está llevando a cabo de momento ningún estudió al respecto, se mostró abierto a posibles acuerdos de colaboración entre Fiscalía y Tráfico para abordar esta nueva realidad y su repercusión en la región, "algo que por parte de la Fiscalía aún no hemos explorado, pero que es necesario hacer".

LAS NUEVAS PENAS Por la reforma aprobada, desde el pasado 2 de diciembre está penado con hasta seis meses de cárcel y la suspensión del carnet de uno a cuatro años conducir a 110 kilómetros por hora en ciudad, a 180 por carretera y a 200 en autovía, así como dar positivo en los test de drogas o en el de alcoholemia con una tasa superior a 1,2 gramos en litro de sangre. Además, la negativa a someterse a los controles de alcoholemia o drogas podrá castigarse con entre tres y seis meses de prisión.

Conducir con temeridad manifiesta, ya sea poniendo en peligro la vida de los demás o con desprecio a la del resto de los usuarios de la vía, podrá ser castigado hasta con cinco años de cárcel y 10 de retirada del permiso. Y circular con el carnet suspendido, sin haberlo obtenido nunca o después de perder todos los puntos estará penado con hasta seis meses de cárcel o multa y trabajos con víctimas de tráfico.