Los agentes de la Guardia Civil destinados en Extremadura han investigado en el último año y medio en torno al 40% de los delitos ocurridos en la región. Esta función meramente policial cada vez tiene más peso en el seno de la Benemérita y la mayoría de los agentes cree que ha llegado el momento de dar un paso al frente y reconocer el carácter real de la Guardia Civil, muy alejado, dicen, de la imagen tradicional de este cuerpo que a día de hoy aún depende del Ministerio de Defensa.

Así lo asegura una encuesta realizada entre los agentes por la Asociación Unificada de la Guardia Civil (Augc) y que desvela, entre otras cosas, que cuatro de cada cinco guardias están a favor de la unificación de la Benemérita con el Cuerpo Nacional de Policía.

En esta línea, consideran inadecuada la formación militar que reciben, puesto que no tiene ninguna relación con las funciones --en su mayoría policiales-- que desempeñan. De la misma forma, el 72% se muestran contrarios al actual carácter militar del cuerpo y, así, apuesta porque la Guardia Civil pase a depender del Ministerio del Interior y abandone Defensa. Y es que el 91% están en contra de las restricciones de sus derechos constitucionales que supone el actual régimen de la Guardia Civil.

Sin medios ni planes

Tampoco están de acuerdo con los medios de los que disponen para desempeñar su trabajo y creen que no se les compensa económicamente en función de la labor que realizan.

Más unánimes son las críticas contra la planificación de servicios que se lleva a cabo en estos momentos y que provoca que la mayoría de los agentes sólo sepa cuándo trabaja el día anterior, lo que incide en gran medida en su vida familiar. Más del 91% de los guardias civiles están en contra de este sistema. Algo parecido ocurre con los turnos de vacaciones, puestos que sólo uno de cada siete agentes puede disfrutarlas en verano, lo que no satisface al 85% de los guardias civiles.

Pese a todo, un 41% de las agentes femeninas creen que con las condiciones actuales es posible conciliar el trabajo de un guardia civil con una adecuada vida familiar, algo que sólo comparten el 5,75% de sus compañeros varones.

Y es que otro aspecto que destaca en el análisis de la encuesta es la gran diferencia que existe, en función del sexo, entre unos y otros guardias civiles. En muchos casos las mujeres optan por no pronunciarse o, al menos, protestan en menor medida contra la situación.

Otro de los temas siempre polémicos en el seno de la Benemérita, el de la conveniencia o no de la existencia de las casas cuartel, genera una gran división de opiniones, aunque un porcentaje ligeramente mayoritario apuesta --por múltiples razones-- por la eliminación de este sistema de convivencia.

Los guardias civiles lo tienen claro. Su papel policial es cada vez más preponderante en perjuicio de su carácter militar. Por eso, apuestan por la integración en el Cuerpo Nacional de Policía.

Los agentes afirman que trabajan sin disponer de los medios adecuados, sin salarios dignos y con una planificación del servicio inadecuada, no se sienten valorados profesionalmente por sus mandos y creen que reciben una formación muy alejada de su tarea real.