Fue en el seno de la Unión Europea donde las muestras de apoyo a la sociedad española fueron más intensas. En las instituciones oficiales, como en la sede de la Comisión Europea en Bruselas, las banderas ondearon a media asta y los diputados europeos guardaron un minuto de silencio en una manifestación silenciosa de solidaridad con España y contra el terrorismo. El Europarlamento anunció que aprobará una moción para que el 11 de marzo sea el día para conmemorar a las víctimas del terrorismo.

El mismo aliento llegó de cada uno de los países de los Quince. El presidente francés, Jacques Chirac, dijo que "nada justifica esta barbaridad". "Todas las democracias deben combatir el terrorismo sin tregua", añadió. El ministro de Interior, Dominique de Villepin, ofreció su ayuda al Gobierno. "Francia está a la disposición de España", afirmó.

El premier británico, Tony Blair, dijo que los atentados muestran la necesidad de que todos los países luchen "juntos internacionalmente para salvaguardar a los pueblos contra ataques como éstos y derrotar el terrorismo". En Alemania, el canciller, Gerhard Schröder, dijo estar "horrorizado por el número de muertos y heridos".

CONTRA EL TERRORISMO El presidente italiano, Carlo Azeglio Ciampi, subrayó, en un mensaje enviado al rey Juan Carlos que es necesario combatir el terrorismo "con la máxima firmeza". El primer ministro, Silvio Berlusconi, remitió a José María Aznar un mensaje de solidaridad.

Desde el Ulster, una zona castigada desde hace décadas por el terrorismo, Gerry Adams, presidente del Sinn Féin, dijo que estaba horrorizado y David Trimble, exministro principal de Irlanda del Norte, aseguró que "este desastre subraya la necesidad de que todos los sectores de la sociedad dejen sus diferencias legítimas y trabajen para combatir esta amenaza".