¿Han aumentado realmente las ventas en los últimos meses para evitar la subida del IVA? ¿Caerán ahora en mayor medida como efecto rebote? Es lo que prevé el último número del Cuaderno de Información Económica de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), hecho público esta semana, en el que se espera para este trimestre una aceleración del consumo privado por la anticipación de las compras a causa del incremento del citado impuesto que, no obstante, no podrá evitar el estancamiento del PIB a nivel nacional, por la caída del consumo público y la tendencia a la baja de la inversión en construcción.

Ante este panorama, el informe de Funcas pronostica una vuelta del PIB a tasas negativas en el próximo semestre, que no cambiarán de signo, ligeramente, hasta el próximo año. Esta es una de las consecuencias que para muchos tendrá la subida del impuesto sobre el consumo, muy criticada por el freno del consumo que puede suponer y que llevaría aparejado un deterioro de la economía española, que no termina de remontar.

Es la visión que comparte Julián Ramajo, profesor de Economía y Empresa de la Universidad de Extremadura (Uex), que destaca que muchos economistas están convencidos de que vivimos "el peor momento" para poner en práctica la subida del IVA anunciada por el Gobierno. "No hay indicios de recuperación claros y la leve mejoría económica que se atisba en los últimos tiempos puede verse afectada por la posible contracción del consumo que llevará aparejada el incremento del tributo", explica.

Economía con ´W´

Se trata de la ´W´de la economía. Tras caer, comenzaba a subir, pero lo más probable es que vuelva a descender de nuevo. De hecho, cuando el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero anunció el aumento del IVA, allá por septiembre del año pasado, esperaba que para esta época España ya estuviera en proceso de recuperación económica. Al parecer, no contaba con la crisis de confianza de su deuda ni con el ajuste que se vería obligado a practicar. "Fueron demasiado optimistas, qué duda cabe", considera Ramajo.

Por ello, pone en duda que, de tener que tomar esa decisión ahora, el Gobierno anunciara una subida del IVA con seis meses de antelación. ¿Por qué lo hicieron entonces? "Porque no les quedó otro remedio, realmente es necesario combatir el déficit y, además, fue una señal hacia el exterior", asegura. Sin embargo, su colega Antonio García Salas, socio director de ITAE-Escuela de Negocios de Extremadura, respalda el incremento del tributo, si bien añade que fue una "oportunidad perdida" para recortar las cotizaciones sociales.

A su juicio, esta hubiera sido la receta perfecta para mejorar la competitividad de las empresas extremeñas: "competimos con países que no tienen unos costes laborales tan elevados como los nuestros, que se podían haber sustituido por ese impuesto que pagamos todos, también sobre lo que se compra de fuera (otra vía de penalización para las firmas extranjeras". Además, García Salas está convencido de que será el empresario el que asumirá el aumento del tributo, al no poder trasladarlo al precio en un momento de tanta incertidumbre.

Por tanto, el socio director de ITAE no cree que el alza fiscal vaya a traducirse en un freno al consumo, ya que defiende que este ya está parado y que dependerá más de las expectativas de futuro. En cambio, Ramajo sí que opina que, más allá de las grandes compras (casas, coches...) que han podido adelantar algunos consumidores, estos sí que reducirán próximamente sus gastos cuando el incremento del IVA llegue al precio que pagan por sus productos.