El lenguaje militar es tan obsceno que intenta enmascarar la realidad que describe refugiándose en los eufemismos: desde el ´fuego amigo´ (errores mortales) a los daños colaterales (víctimas civiles) pasando por aquel gracioso que se refiere a un retroceso como un avance sobre la retaguardia. Algo parecido pasó ayer cuando el Pentágono intentó desmentir las filtraciones de que los mandos norteamericanos habían recibido la orden de detener la ofensiva terrestre de cuatro a seis días. Como mucho, las fuentes oficiales admitían un parón operativo. Pero operativo o no, parón haylo, como han apuntado estos días los analistas más atentos.

Los estrategas del Pentágono han cometido al menos un error militar, el de desplegar un frente amplísimo que ha dejado a las tropas sin suministros de alimentos, munición y combustible, y otro político, el de subestimar la capacidad de resistencia iraquí por creer que el régimen del dictador Sadam Husein, odiado por su pueblo, se derrumbaría en dos días.