El campo extremeño lleva acumuladas unas pérdidas de más de 330 millones de euros durante esta campaña a consecuencia de la sequía, según las estimaciones realizadas por Unexca (Unión Extremeña de Cooperativas Agrarias). Esto supone una caída equivalente al 22% de la producción total agraria extremeña. En el sector ganadero, que es el que ha sufrido con más dureza esta situación, con pérdidas de más de 250 millones de euros, la sequía se ha visto agravada por la incidencia de los incendios y de enfermedades como la lengua azul , que ha impedido la salida de reses de las explotaciones, o la brucelosis.

Con este panorama, el presidente de Unexca, Juan Puerto, no dudó en calificar el año como "complicado en general y catastrófico para la ganadería".

CEREALES, OLIVAR Y VACUNO En el capítulo de producciones maltratadas por la falta de lluvias, Puerto citó en primer lugar los cultivos de cereal de invierno, que han tenido unas pérdidas de entre el 50% y el 70% según las zonas, lo que supone un quebranto de unos 71 millones.

En cuanto al olivar, el responsable de Unexca explicó que el sector del aceite de oliva ha visto cómo caía su producción alrededor del 40%, al unirse las fuertes heladas con la sequía. Sin embargo, el alza de los precios del producto, que ronda en origen los 3,6 euros, ha permitido salvar la situación.

Respecto a la aceituna de mesa, Puerto señaló que la caída de producción ronda el 50% "porque al no llover las aceitunas no cogen el peso mínimo de comercialización", lo que supondría una merma de ingresos a los agricultores de unos 50 millones de euros, pero la situación puede ser salvada al menos parcialmente derivando parte del producto al sector aceitero.

Sin embargo, donde pinta peor el panorama es en la ganadería. La sequía, unida a la incidencia de la lengua azul "que llevamos un año padeciendo y donde ya hay 19 focos" --que impide el movimiento del ganado y por tanto obliga a seguir alimentándolo en las explotaciones--, los problemas de brucelosis y la falta de paja por la escasa producción de cereal de invierno, ha llevado a los ganaderos al límite. Por si fuera poco, los incendios han castigado duramente a zonas donde podían haberse aprovechado los escasos pastos.

La estimación de pérdidas supera los 250 millones de euros, que se centran especialmente en el vacuno y ovino. Puerto señaló que la situación es cada día más extrema, "porque no es ya que la paja esté muy cara, a 24 pesetas cuando un año normal está a ocho, sino que ni a ese precio la encuentras". Por otro lado, el subsector apícola también ha padecido la falta de lluvias, los incendios y las enfermedades, y la producción ha bajado un 70%, lo que significa pérdidas de casi diez millones de euros.

Finalmente, en el sector del tabaco, y al margen de la falta de lluvias, lo que provoca más temor es la falta de definición de la nueva Organización Común del Mercado (OCM).

CULTIVOS QUE SALVAN EL AÑO En el extremo contrario estarían los cultivos que hasta ahora no se están viendo afectados por la sequía, ya que se trata de producciones de regadío y, según señaló el presidente de Unexca, la capacidad del embalse de La Serena garantiza agua para no menos de dos años en las zonas regables del Guadiana.

De este modo, el arroz ha vivido una campaña normal, aunque se han cultivado 658 hectáreas menos que el año pasado (un 2% de descenso). Mientras, el maíz también mantiene el tipo, a excepción de los cultivos del entorno de la presa de Rosarito, que sufrieron mermas. Aquí la amenaza es la producción de los nuevos países incorporados a la UE, como Hungría, "que terminará haciendo que el maíz decaiga en Extremadura".

Por lo que se refiere al sector vitivinícola, cuya campaña acaba de concluir, Puerto señaló que se prevé una caída de producción del 35%, pero lo recogido ofrece una alta calidad, con lo que los precios que se logren en el mercado pueden compensar la merma de kilos de uva.

Por último, el presidente de las cooperativas extremeñas hizo referencia a los dos cultivos que no sólo no han tenido pérdidas, sino que han cerrado la campaña con resultados excelentes. De este modo, la fruta rondará los 250 millones de kilos, un 150% que el pasado año, al verse favorecidos los frutales por las fuertes heladas.

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