Los extremeños cada vez confían más en la sanidad privada en perjuicio de la pública, según revela el Barómetro Sanitario 2004, elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Este documento también refleja una valoración cada vez mejor del sistema público, que sube su nota con respecto al último estudio, aunque la población de la comunidad está entre las más pesimistas en lo que se refiere a la asunción de competencias sanitarias y en cuanto a la comparativa con la oferta que hay en otras regiones españolas.

El documento del CIS, presentado el jueves por el Ministerio de Sanidad y ayer por el consejero extremeño del ramo, Guillermo Fernández Vara, señala que la mayoría de los extremeños optaría --si pudiese elegir-- por acceder al sistema público en todo lo que se refiere a Atención Primaria, urgencias e ingresos hospitalarios. Sin embargo, en Atención Especializada la situación es justamente la contraria, puesto que un 54% de los encuestados asegura que acudiría a un médico privado. Esto sólo ocurre en otras cuatro regiones, concretamente en Baleares, Canarias, Cantabria y Cataluña, mientras que en otras tres --Madrid, Murcia y La Rioja-- hay un equilibrio casi total entre ambas opciones.

EVOLUCION Si se comparan estos datos con los que se obtuvieron en el anterior estudio de estas características --el Barómetro Sanitario 2003-- queda claro que la percepción ha cambiado sensiblemente. Y es que de un informe a otro, con sólo un año de diferencia, la privada ha ganado en las preferencias de los extremeños seis puntos porcentuales en Atención Primaria y cinco en ingresos hospitalarios, aunque en estos ámbitos la sanidad pública aún conserva una ventaja importante. En la Especializada la situación ha dado un vuelco, y de ser mayoritaria la opción pública ha pasado a estar 16 puntos por debajo.

A la hora de decantarse por uno u otro sistema, los ciudadanos dejan claro que prefieren del sistema público la tecnología y los medios de los que dispone y la capacitación de médicos y enfermeros. Como puntos a favor del sector privado destacan especialmente la rapidez a la hora de que les atiendan, la información que reciben sobre sus dolencias, el trato personal y la comodidad de las instalaciones.

APROBADO GENERAL La cada vez mayor preferencia por la sanidad privada no significa que se valore mal el trabajo del sistema. Más bien al contrario, los usuarios dan una nota de 6,16 sobre 10 a la sanidad extremeña, con dos décimas más que en el 2003.

En este sentido, dos de cada diez ciudadanos creen que el sistema público funciona bastante bien, y cerca de tres de cada diez que necesita cambios fundamentales. La mayoría (el 45,61%) opina que funciona bien pero necesita algunos cambios y el 4,5% que "está tan mal que necesitamos rehacerla".

También es positiva la valoración que hacen los extremeños de la evolución de la sanidad pública durante los últimos cinco años. Casi el 60% asegura que ha mejorado en todos sus ámbitos y en torno a un 35% considera que sigue al mismo nivel que en el año 2000. Sólo una minoría siente que ha empeorado.

Aún así, los extremeños muestran su lado pesimista a la hora de hacer comparaciones. De esta forma, el Barómetro Sanitario apunta que la opinión de los extremeños refleja que, a su juicio, su sistema sanitario ha mejorado menos que el de otras comunidades. Sólo el 4,15% (por el 15% de media nacional) cree que los servicios que se ofertan en la región son mejores que en otras comunidades, el 42% afirma que son similares y casi el 31% (por el 9,9 nacional) que las prestaciones extremeñas son peores que en otras zonas.

Tampoco son demasiado optimistas al valorar el hecho de que las competencias en esta materia hayan pasado a manos de la comunidad autónoma, como ocurrió en el año 2002.

En esta línea, un 34% dice que el servicio al ciudadano es similar si gestiona la sanidad la comunidad o el Estado, y un 26% que es mejor si lo hace la Junta. Un 15% (diez puntos por encima de la media nacional) avala que la gestión autonómica es peor.

Todo esto contrasta con la nota que los ciudadanos dan a la asistencia que se presta en los hospitales. Con respecto al 2003 sube en todos los apartados y alcanza el notable en la atención de médicos y enfermeros, en equipamiento y en la información que se recibe. También aprueban los aspectos de hostelería, los trámites de ingreso, y los consejos preventivos. Sólo suspenden la demora en ingresos no urgentes y el número de pacientes por habitación.