Uno de los principales errores que circulan entre la población acerca de esta enfermedad es que la propia vacuna puede ser causante de la enfermedad. En este caso, al estar compuesta por moléculas inactivadas, estas no pueden provocar la patología.

Otra de las equivocaciones en las que pueden incurrir los pacientes se refiere a la automedicación. La gripe está causada por un virus, por lo que no puede combatirse con antibióticos; es más, éstos pueden pueden reducir las defensas del propio organismo y debilitarlo frente a esta u otras enfermedades.

No deben ser vacunadas aquellas personas que tengan alergia a las proteínas del huevo, al ser este el medio en el que se cultivan los virus para la preparación de las vacunas, que se hace en función de las cepas detectadas cada año en el hemisferio sur.

Quienes ya han sido vacunados no están exentos de volver a hacerlo en los siguientes, especialmente durante los meses de otoño, antes de que comience el invierno, para que la vacuna sea efectiva.