Con las aulas vacías, los bares, bancos y comercios cerrados, el centro de salud solo para urgencias... Valdelacalzada quiso escenificar ayer de forma simbólica qué supondría para este municipio el cierre de Caval, la cooperativa de la que dependen directamente unas 200 familias (en un pueblo de 2.700 habitantes) y que tiene una importancia vital no solo en la economía de la localidad, sino de toda la comarca.

Los vecinos se sumaron mayoritariamente a la huelga general convocada por los socios, que también llevaron a cabo cortes intermitentes del tráfico en los tres accesos locales y una tractorada a las dos de la tarde. Además, mantienen el encierro en las instalaciones, que no abandonarán hasta que los 16 bancos implicados les den una respuesta al plan de refinanciación que han planteado para continuar su actividad haciendo frente a una deuda total de 28 millones.

La negociación, con la intermediación de la Junta, está abierta con 16 bancos, a los que los cooperativistas solicitan un crédito inicial de 18,5 millones para hacer frente al grueso de su pasivo y a la presente campaña. Según pudo saber ayer este diario, al menos Caja Extremadura y La Caixa han dado ya el visto bueno.

ELEVADO APOYO "El 100% de los negocios han cerrado; nos sentimos muy apoyados y no podemos hacer más; lo único que pedimos es una respuesta", manifestó ayer el presidente de la junta rectora de Caval, Antonio Domínguez, que durante toda la mañana estuvo coordinando las acciones de protesta que se llevaron a cabo en diferentes puntos del municipio. En ellas también estuvo presente el alcalde, Pedro Noriega, que desde el principio ha puesto el ayuntamiento a disposición de los socios y que consideró el de ayer "un paso más" para salvar una cooperativa "imprescindible en el municipio".

Pendientes del desarrollo de la protesta estuvieron en todo momento agentes de la Guardia Civil, si bien no se registraron ningún tipo de incidencias. Los cortes de carretera se prolongaron desde las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde y en los mismos se informó a los conductores de que el pueblo "estaba cerrado" en apoyo a Caval y estos optaron bien por esperar a que les dieran paso (lo que se hizo ante cuestiones urgentes), bien por dar la vuelta.En los piquetes formados a la entrada del pueblo coincidieron socios de la cooperativa con familiares y voluntarios que se sumaron a sus concentraciones. Entre los primeros se cuenta Manuel Fernández, que con otros compañeros comentaba ayer su preocupación por la imposibilidad de hacer frente al inicio de la campaña. "Estamos en un momento crítico, porque hay comenzar algunas labores a las que muchos socios, por falta de crédito, no están pudiendo hacer frente.

Solidarizándose con ellos estaban también vecinos ajenos al negocio directamente, como María Flor Vergara, que acudía ayer a uno de los puntos de reunión cargada de agua y refrescos. "No soy socia ni trabajadora, aunque mi hermano sí, pero no estoy aquí por él, sino por el pueblo, porque le pase a Caval nos afecta a todos".

También se sumó a los actos de ayer una amplia representación de la organización agraria UPA, encabezados por sus secretarios generales en la región, Ignacio Huertas, y a nivel nacional, Lorenzo Ramos, que además es socio de la cooperativa. Este explicó que algunos de ellos, entre los que se cuenta, intentaron denunciar la irregular situación del negocio, pero se toparon con la falta de información y las descalificaciones de sus anteriores gestores.

Precisamente ayer se supo que la Fiscalía ha abierto diligencias de investigación contra el exgerente de la cooperativa, Manuel González, y dos miembros de la anterior junta rectora, por posibles irregularidades. No obstante, los afectados insisten en que ahora lo más importante es tener una respuesta de los bancos para poder iniciar la campaña. "Los socios desconocían la situación de Caval y ahora están intentando afrontarla y darle una solución, pero para ello necesitan hacer una buena campaña que no pueden empezar sin recursos", resume Huertas.

Es la percepción que comparten muchos vecinos de Valdelacalzada, aunque también hay espacio para las críticas. Es el caso de José Caballero, que piensa que los cooperativistas deberían haber sido más cuidadosos con su negocio y que algunos se descalifican cuando dicen estar en la ruina "y luego se van de fiesta". Sin embargo, lo cierto es que el municipio se volcó ayer en el apoyo a Caval. Solo falta saber qué harán los bancos.