Los extremeños eligieron ayer a Guillermo Fernández Vara para suceder a Juan Carlos Rodríguez Ibarra al frente del Gobierno extremeño. El candidato socialista arrasó y se convierte así en el segundo presidente de Extremadura en sus 24 años de autonomía. En su séptima legislatura, la comunidad extremeña se mantiene como uno de los feudos del PSOE en España. Tal y como vaticinaban las encuestas, no hubo grandes sorpresas. Los electores de la región reiteraron su confianza en un proyecto socialista, aunque liderado en esta ocasión por Fernández Vara quien logra, por sexta legislatura, un gobierno en mayoría absoluta. Sólo en las elecciones de 1995, donde el PSOE obtuvo 31 de los 65 parlamentarios de la Asamblea, los socialistas afrontaron los cuatro años de mandato en minoría.

Al cierre de esta información y con el 99,2% de los votos escrutados en las elecciones autonómicas, el PSOE consigue un total de 38 parlamentarios. El PP logra 27 diputados e Izquierda Unida pierde su representación actual en la Asamblea. El primer balance a pie de urna ya era sintomático y vaticinaba una victoria de Vara con una mayoría absoluta. Los populares volvieron a congregar los votos en las grandes ciudades de la comunidad extremeña, aunque en estas elecciones han perdido la Alcaldía de Mérida, en Cáceres es la fuerza más votada pero sin mayoría absoluta, y en Plasencia hay empate técnico entre populares y socialistas.

PRIMER MANDATO SIN IBARRA En su primer cara a cara electoral, Carlos Floriano ha tenido ante sí a un Guillermo Fernández Vara que obtiene uno de los mejores resultados políticos en los últimos 24 años en Extremadura. Solo en la legislatura 1991-1995 un gobierno socialista obtuvo un respaldo mayor al lograr 39 diputados. Por su parte, el líder del PP consiguió mejorar mínimamente los resultados obtenidos en el 2003, en los que obtuvo el apoyo del 38,74% de los electores, casi 255.000 extremeños. El dato más significativo fue la pérdida de representatividad de IU en el hemiciclo extremeño. La coalición obtuvo casi 10.000 votos menos que hace 4 años y ha perdido los 3 escaños que tenía en la última legislatura.

A falta del recuento de un 0,8% de los votos emitidos, el PSOE obtuvo el respaldo del 52,9% de los electores con más de 343.000 votos. Por su parte, el PP se sitúa en un 38,78% y 253.000 votos, mientras que la coalición IU-Siex bajó en la tendencia de los últimos comicios con un respaldo del 4,5% y unos 30.000 votos.

Por provincias, los socialistas conseguirían 21 escaños en Badajoz y 17 en Cáceres, los populares logran 14 y 13 parlamentarios respectivamente. El índice de participación en estos comicios ha sido del 76%, similar a las elecciones del 2003, según señaló ayer la consejera de Presidencia de la Junta de Extremadura, Casilda Gutiérrez. Casi 660.000 extremeños ejercieron su derecho al voto.

Floriano se presentaba por segunda vez para intentar el asalto a la Presidencia, aunque esta vez sin Ibarra. En la última legislatura, ha ganado confianza y peso en su partido y tenía la responsabilidad de ser una de las apuestas del PP para plantar batalla en las comunidades históricas del PSOE. El resultado le coloca en una situación difícil en su partido, sobre todo el papel que pueden asumir algunos dirigentes populares que han pasado a un segundo plano en estos comicios. En el PP, los resultados son considerados como buenos aunque no cumplieron las expectativas que tenían. Floriano anunció que su intención es no repetir de nuevo como candidato a la Presidencia de la Junta de Extremadura.

La jornada se celebró sin incidentes destacables.

LOS PROXIMOS 4 AÑOS El candidato socialista tiene ante sí un importante reto para la próxima legislatura. Vara aseguró que pretende trasladar al Gobierno regional un modelo de gestión similar al que ha llevado a cabo en la Consejería de Sanidad, desde el diálogo y la participación. En los próximos cuatro años, el nuevo presidente pretende hacer tangible un modelo de Extremadura donde el empleo es el gran objetivo. Vara se ha comprometido a crear 60.000 nuevos empleos y superar la barrera de los 500.000 puestos de trabajo.

Además pretende llevar a cabo un mayor esfuerzo en políticas de igualdad desde la educación, la sanidad o la atención a la dependencia, así como culminar la vertebración de un mapa de infraestructuras, con nuevas autovías regionales y mejoras en los transportes ferroviarios. Este es el proyecto de futuro por el que se han decantado los extremeños y Fernández Vara tiene hasta el 2011 para que este proyecto sea algo más que las promesas plasmadas en un programa electoral.